La presidenta de Perú firma el decreto en el que se aumenta el sueldo en un 125%

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La presidenta de Perú firma el decreto en el que se aumenta el sueldo en un 125%

La presidenta Dina Boluarte firmó el decreto en que se aumenta el sueldo de 16.000 soles ( 3.832 euros ) a 35.568 soles ( 8.519 euros ), es decir, se autoriza ella misma, un aumento de 1 25% por mes , superando así el sueldo minimo peruano por 30 veces , en medio de críticas y de una desaprobación que supera el 90%.El auto aumento del sueldo de Boluarte ha escandalizado a los peruanos ya que les ha hecho recordar el escándalo descubierto por la prensa del uso de joyas y relojes de alta gama , de marca Rolex, entregados por el gobernador regional de Ayacucho, Wilfredo Oscorima, presuntamente a cambio de prebendas; la desaparición de la agenda pública sin hacer el anuncio oficial de la presidenta por unos días para hacerse una cirugía plástica en la cara y cuerpo en junio del 2023 y las acusaciones de ejecuciones extrajudiciales de 49 personas entre 2022 y 2023 de parte del ejército y la policía peruana, que por ley, son dirigidas por Dina Boluarte. Además, las cifras de pobreza extrema que aumentaron durante la pandemia en Perú no se han reducido sino que tienden a estabilizarse en un país que espera votar por su séptimo presidente desde el 2016. El decreto del aumento de la Jefa de Estado se publicó hoy en la gaceta oficial ‘El peruano’ y lleva las firmas de la principal beneficiada, la mandataria, Dina Boluarte, y del ministro de Economía y Finanzas, Raúl Pérez Reyes.En una rueda de prensa, Pérez Reyes indicó que la decisión se tomó luego que la Autoridad Nacional del Servicio Civil (Servir), que trabaja para cultivar la meritocracia en la gestión pública, aprobó la decisión del aumento de Boluarte, al tiempo que lo permite la Ley del presupuesto del 2025 .Según el titular de Economía y Finanzas la entidad estatal «Servir» siguió una metodología que comparó los salarios en dólares de los presidentes en 12 países de América Latina y los ingresos más altos en el Poder Ejecutivo, de ministros y viceministros». En esa comparación, Perú ocupaba el lugar número 11 de 12 países y que estaban solo por encima de Bolivia. Por otra parte, el primer ministro, Eduardo Arana, dijo que hay jueces que ganan mucho mas que la presidenta y que hay funcionarios que reciben 60 mil soles mensuales y por esa razón, de decidió la medida porque «con la institución presidencial no se debe hacer ni demagogia ni escarnio…es la más alta función de un cargo estatal, es la más alta autoridad en la jerarquía de Perú».»Al cargo de presidente le corresponde una remuneración acorde con su alta responsabilidad y a las tareas que realiza», finalizó el Primer ministro peruano.Noticia Relacionada estandar Si El primer ministro de Perú renuncia para evitar las mociones de censura tras el asesinato de 13 mineros Paola Ugaz La presidenta Dina Boluarte, que este domingo asistirá a la entronización de León XIV, sustituye a Gustavo Adrianzén por el titular de Justicia, Eduardo Arana«Un sistema político sin consecuencias»La historiadora y autora de «Repúblicas sudamericanas en construcción«, Natalia Sobrevilla, dijo al ABC que «es realmente incomprensible que el sistema político peruano permita, primero, que un jefe de estado con tan baja popularidad se mantenga en su puesto y más allá de eso, que tenga la posibilidad de subirse el sueldo sin consecuencias». «Incluso el que pueda subirse el sueldo por sí misma sin limitaciones es en sí escandaloso», añadió.Para los analistas, el meteórico aumento de sueldo firmado por ella misma es una muestra más del pacto tácito de Dina Boluarte con las «familias» que lideran el manejo del Congreso y que cogobiernan junto a ella: Keiko Sofía Fujimori , César Acuña, Vladimir Cerrón (el líder del partido que llevo al poder a Pedro Castillo), José Luna y Rafael López Aliaga.«Sorprende la actitud del Congreso, una vez más se siente la debilidad institucional ya que se puede cambiar completamente el sistema económico del país sin consecuencias y sin el apoyo real de la mayoría del país al que dice representar», explicó Sobrevilla.De acuerdo a la historiadora, «el bicentenario (de la independencia de España) fue siempre un espejismo, los años de bonanza económica fueron una nueva versión de la bonanza de la era del guano».«Hay varios escenarios posibles para el 2026, más de lo mismo con el gobierno de las mafias o un despertar democrático que nos lleve realmente a una mejor representación, pero me temo que lo que veamos sea un enfrentamiento entre los sectores más conservadores y quienes aún creen que Pedro Castillo (preso por el intento de golpe de Estado desde el 7 de diciembre del 2022) es el legítimo presidente. En este escenario veremos una vez más un enfrentamiento entre Lima y el norte versus el sur del país», finalizó la también catedrática de la Universidad de Kent y autora de «Los inicios de la república peruana, yendo más allá de la cueva de Bandoleros».«Desconexión»El ex ministro de Educación, Ricardo Cuenca, considera que el auto aumento de sueldo de Boluarte expresa la precarización y la desnaturalización de la política en el país andino. «La decisión de subirse el sueldo muestra la desconexión de los actuales políticos con la ciudadanía. Subirse el sueldo en esas magnitudes en un país con pobreza e informalidad se agrava cuando quien lo hace es para la ciudadanía alguien que no lo merece», añadió Cuenca, al tiempo que agregó, «la decisión del aumento de sueldo es también un ejemplo de desprecio por la opinión de las personas. Sabe que no tiene nada que perder y que una aprobación más baja es prácticamente imposible. Sabíamos ya de la poca experticia política de la presidenta y de su gabinete, pero esto es la evidencia de la evidencia».El 7 de diciembre del 2022, la presidenta Dina Boluarte se convirtió en la primera presidenta mujer en Perú luego que el entonces mandatario Pedro Castillo realizó un autogolpe que buscaba hacerse del manejo de las instituciones y que acabó con su destitución y encarcelamiento en el mismo penal donde estaban los expresidentes Alberto Fujimori Fujimori (1990-2000) y Alejandro Toledo Manrique (2001-2006). Tras la liberación de Fujimori y muerte en el 2024, Castillo comparte la misma prisión con Toledo.A pesar de las denuncias en su contra y su baja popularidad, Boluarte se siente protegida por alianza de facto para gobernar el país junto a los partidos políticos que están en elLegislativo y que dirigen Keiko Sofía Fujimori, Vladimir Cerrón (el líder del partido que llevo al poder a Pedro Castillo), Rafael López Aliaga, César Acuña y José Luna.El rasgo que une a la alianza en el poder es que todos tienen cuentas que responder ante la justicia; le siguen una pesquisa por lavado de activos a Keiko Sofía Fujimori; Vladimir Cerrón es prófugo de la justicia por robo del erario público; el también alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, César Acuña y José Luna son investigados por el delito de lavado de activos. Otro de los rasgos que une a Boluarte con Fujimori, Acuña, Cerrón, Luna y López Aliaga es que todos quieren hacerse del poder en la Fiscalía y el Poder Judicial porque todos tienen cuitas con la judicatura peruana. Ad portas de las elecciones, Cuenca indica que la ciudadanía peruana ha entrado en una desesperanza aprendida con la política y la democracia. «Cuando las personas enfrentamos repetidamente situaciones que escapan a nuestro control, terminamos convencidas de que nada de lo que haga cambiará su realidad. Vamos a votar «confiando» algo en la política y la democracia y cada vez la decepción es mayor. El discurso del poder ciudadano del voto empieza a perder sentido», indicó.Finalmente para el ex ministro del gobierno de transición presidido por Francisco Sagasti, una de las raíces de la inestabilidad política viene desde el regreso a la democracia en el 2001: «presidentes presos, corrupción extendida, irrespeto por los derechos de todos, partidos políticos que no cumplen con su papel de representación». «Podríamos también mirar el 2016 como inicio de una nueva crisis. Un gobierno que gana y antepone la técnica a la política, y que fracasa. Ahora no hay ni política, ni administración pública de calidad», explica, al tiempo que agrega que «hay una gestión mala de intereses particulares. Así vemos que somos una sociedad que se fragmenta cada día. En el Perú, se muestra que el crecimiento económico es una buena narrativa de progreso, pero también que es insuficiente si es que no se acompaña de democracia y de cohesión social. Podremos crecer económicamente, pero no ser una mejor sociedad o un mejor país».

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