Minutos antes, en la sala de autoridades del aeropuerto, se habían congregado numerosas personalidades, miembros del Patronato del Museo del Prado , directores generales del Ministerio de Cultura, el director del Museo del Prado, el presidente del Patronato, así como Justino Azcárate, miembro también del Patronato, que fue la primera persona que en el Senado, en 1977, reclamó la devolución del cuadro. Cuando el avión tomó tierra los periodistas y las autoridades que esperábamos la llegada del ‘Guernica’ fuimos trasladados a la terminal de carga, donde se dirigió el avión. Inmediatamente descendieron el ministro de Cultura, Íñigo Cavero , acompañado del director general de Bellas Artes, Javier Tusell , quienes se habían trasladado a Nueva York para ultimar los detalles de la devolución del ‘Guernica’ y acompañar al cuadro hasta su llegada al Casón del Buen Retiro lugar en el que será colocado definitivamente. Íñigo Cavero y Javier Tusell, con rostros emocionados, recibieron felicitaciones y enhorabuenas por la gestión realizada, mientras los pasajeros del avión, en vuelo regula r , descendían mostrando cierta sorpresa por las medidas de seguridad desplegadas: la mayoría de ellos no sabían que en ese vuelo viajaba el ‘Guernica’. En sus primeras palabras, el ministro de Cultura destacó la importancia del hecho que se producía en esos momentos, y dijo textualmente: «Regresa el último exiliado».El ministro y el director general de Bellas Artes señalaron que por parte de la autoridades del MoMA habían recibido toda clase de facilidades. En el acto de entrega del cuadro en Nueva York, el ministro pronunció unas palabras que fueron contestadas por la señora Blanchette H. Rockefeller , quien no pudo contener su emoción y lloró al despedirse de esta obra de arte que, durante cuarenta años, ha permanecido en el museo, saliendo en dieciocho ocasiones para ser exhibida en diversos museos y galerías del mundo. Mientras al pie del avión, rodeados por importantes medidas de seguridad esperábamos la descarga del cuadro, Íñigo Cavero y Javier Tusell nos explicaron que doce personas especialistas en este tipo de trabajos habían sido las encargadas de descolgar el cuadro y embalarlo, labor que duró cinco horas y media. Seis eran los bultos que integraban este bagaje artístico. El ‘Guernica’ venía enrollado en un rulo introducido en una caja y ésta metida en otra mayor que llevaba la inscripción «From New York to Ministerio de Cultura» y cuyo peso era de 516 kilos y de 4,5 metros de largo por 1,7 de ancho . Asimismo, se ha traído el bastidor que sostenía el cuadro en el MoMA y en los otros cuatro bultos se introdujeron lo s 73 dibujos y bocetos preparatorios y posteriores al grabado. El hueco dejado por el ‘Guernica’ en el MoMA ha sido pintado y, en su lugar, se instalará una obra de Jackson Pollock . Recordaba Javier Tusell que estos días en Nueva York, visitando algunos lugares vieron numerosas reproducciones del ‘Guernica’ y que el embajador español, señor Liado, dijo que le daba la sensación que era una cosa importante de Nueva York que ahora desaparecía.

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