El caso de machismo de uno de sus fieles dinamita el discurso de la renovación de Sánchez

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El caso de machismo de uno de sus fieles dinamita el discurso de la renovación de Sánchez

Todos los pasos para el lavado de cara se habían dado en los últimos días, pero aún quedaban rincones de la casa por limpiar. El Comité Federal del PSOE ha arrancado de la manera más convulsa posible, y el listón no podía estar más alto, tras la entrada en prisión provisional y sin fianza apenas seis días antes de Santos Cerdán, cuya sombra sigue planeando por el Ferraz que controló con mano férrea los últimos años y muy especialmente por un Comité Federal elegido en el congreso de Sevilla del pasado noviembre, y por tanto a imagen y semejanza del hasta el pasado 12 de junio número 3 del partido. Cuando sobre las nueve de la mañana los primeros dirigentes del partido llegaban al número 70 de la madrileña calle, con un reducido grupo de partidarios socialistas que no dejó de jalear a los suyos durante toda la mañana, la noticia que acababa de publicar ‘El Diario’ sobre uno de los flamantes nuevos nombres de la Ejecutiva, el veterano Francisco Salazar, lo dinamitaba todo. Del estupor del Gobierno da idea que nada más llegar la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, se refirió a él como un hombre «íntegro» tras señalar la citada información comportamientos machistas e inapropiados con varias mujeres, incluida alguna subordinada. Ella misma tuvo que convocar horas después a la prensa para sacar la pata de donde la había metido, tras fulminar Moncloa (donde, cargo obliga, alguna influencia tiene la portavoz) a Salazar, sacándolo tanto de la nueva Ejecutiva, donde iba a fungir de adjunto a la flamante secretaria de Organización, Rebeca Torró, como de la propia Moncloa, donde llevaba sirviendo fielmente a Sánchez y donde su opinión como coordinador institucional de Presidencia era enormemente valorada, dado su peso más eminentemente político frente al perfil más académico del jefe del Gabinete de la Presidencia, Diego Rubio, y buena parte de su equipo. A primera hora, aún había quien defendía a Francisco Salazar. Era el caso de Pilar Alegría. Poco después, fuentes del partido anunciaban su renuncia De Salazar no se ha hablado en ningún momento dentro del Comité Federal, y tampoco en el largo discurso, de algo más de cuarenta minutos y en abierto, con el que Sánchez ha inaugurado la jornada, tras haber presidido previamente una reunión de la Ejecutiva saliente, en la que ‘indultó’ de la purga del sector de Cerdán nada menos que a su número dos, Juan Francisco Serrano, que seguirá en la nueva cúpula, aunque ya apartado del área de Organización.Sánchez, tocado solo unos minutos antes por ese nuevo mazazo, que se reflejaba en la cara de alguno de sus más estrechos colaboradores, intentó pese a todo sacar la cabeza con un discurso en el que volvió a pedir perdón por el escándalo que ha puesto en jaque al partido, e incluso más en primera persona que nunca. «Al fin y al cabo fui yo quien confió en ellos y quien no supo descubrir qué había detrás», se sinceró en referencia a Cerdán y a José Luis Ábalos. Aunque llegado el caso la frase podría aplicarse también a Salazar. Noticia Relacionada estandar Si Gritos de ánimo a Illa y Lastra e insultos de «facha» a Page Patricia Romero Decenas de militantes socialistas se agolpan en Ferraz para aclamar también a Ximo Puig y criticar al presidente de Castilla-La ManchaSánchez, con una delgadez visible que detectan los que despachan con él y con la que él mismo ironizó el viernes, en el acto con mujeres del partido en desagravio por los audios sobre mujeres de Ábalos y Koldo García, y con su camisa vaquera que parece servirle de talismán en las peores circunstancias, ha enarbolado toda una defensa de su proyecto político, atacando como suele al Partido Popular y en concreto al discurso de José María Aznar en la jornada inaugural del congreso que celebran los populares este fin de semana en Madrid, pero ha hablado también de medidas internas contra la corrupción. Fundamentalmente reforzar controles, evitar concentraciones excesivas de poder y reforzar el código ético, como ya le anunció a las mujeres del partido en el acto del viernes, para que se pueda expulsar a quien consuma prostitución. En definitiva: toda una enmienda a la totalidad a la era Cerdán-Ábalos y a sus usos y costumbre. Le ha escuchado en representación de la Federación de Asturias la gran enemiga de esos dos dirigentes ahora en la picota, una reivindicada Adriana Lastra, quien ya a la entrada fue la más clara al decir que Salazar no debería continuar. Su figura, apartada de la primera línea en 2022, cuando dimitió tras su dura guerra interna con Cerdán, sigue revalorizándose internamente.El presidente ha hablado de hasta trece medidas contra la corrupción. Entre ellas un protocolo de antifraude y anticorrupción, una idea tomada, como él mismo explicó, del PSC. También regular los plazos máximos de resolución de expedientes a militantes (el de Ábalos durmió en un cajón de Ferraz durante más de un año mientras Cerdán estaba al mando) o establecer estructuras más descentralizadas, como ya lo es en buena medida la nueva Ejecutiva. Todo, se explicite o no, para huir del modelo de control absoluto y cuello de botella organizativo que durante los últimos años implementó Cerdán. El líder del PSOE ha abogado por «cargos más colegiados en la organización e implantar la exigencia de doble firma para los secretarios y secretarias de organización y puestos clave de la estructura orgánica».Declaraciones de bienesAdemás, Sánchez propone que las declaraciones de bienes de los cargos del partido sean presentadas también ante las comisiones de ética y garantías de las distintas federaciones autonómicas. Todo ello, explicó, garantizando el anonimato de quienes denuncien, algo que operará también en el caso de comportamientos de acoso machista. En concreto, animó a las mujeres que viven esas situaciones dentro de la organización que no tengan miedo a denunciar.Distintos sectores del partido creen que las medidas son razonables, pero también que es lo único que se puede hacer ante una tormenta de tal calibre como la del caso Cerdán. Y en cuanto a la modificación del código ético para echar del partido a quienes consuman prostitución, algunas personas, incluso entre las más abolicionistas, estiman que no deja a ser un cierto brindis al sol, dado que si se descubre, como en el caso de Ábalos, o previamente en el de Tito Berni, ese tipo de conducta, lo más normal es que sea como derivada de algún tipo de corrupción económica que ya por sí misma amerita la expulsión. «¿Qué vamos a hacer? ¿ponerle un detective a cada dirigente?» se interrogaba retóricamente un miembro de la Ejecutiva. Ha habido, por lo demás, cierta sensación de que Sánchez no ha mostrado todas sus cartas o se las guarda de cara a su comparecencia parlamentaria sobre el caso Cerdán del próximo miércoles. Los más pesimistas sobre el futuro del partido ven como un signo de debilidad la destitución forzada de Salazar que arruina el desagravio feminista del acto del día anterior, y advierten de lo que pueda venir en próximos informes de la UCO. Sánchez ha terminado magnánimo uno de los comités federales más largos que se recuerdan, de más de ocho horas. Y lo ha hecho con una frase que sirve para romper definitivamente con Felipe González, pero también para preparar el futuro : «Cuando deje de ser presidente seré un militante al lado de mi secretario general».La intervención ante el Comité Federal de Pedro Sánchez. Foto: Ignacio Gil

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