El nuevo PSOE arrancó ayer lastrado por el viejo. El ambiente de la jornada en que se estrena una Ejecutiva es una mezcla del primer día de colegio después del verano y de una boda. Sonrisas, reencuentros, muchas fotos y otros tantos gestos. Hubo foto de familia en la azotea de Ferraz, besos y abrazos. Los diversos integrantes de la dirección iban entrando al 70 de la madrileña calle cerca de las diez de la mañana, algunos deteniéndose ante los medios y otros no. La nueva portavoz, Montse Mínguez, mostró su «orgullo» por ser la portavoz de un partido «que ha dado una respuesta clara, contundente, rápida e inmediata a los casos que nada tienen que ver con los valores socialistas». Y en parecida línea se mostró Pilar Bernabé, flamante secretaria de Igualdad de la nueva cúpula. Pero, pese a todo ello, las circunstancias en el seno del partido siguen sin ser de celebración . El caso de Francisco Salazar , cuyo cese como secretario general de coordinación institucional en el Gabinete de la Presidencia será aprobado hoy mismo en el Consejo de Ministros, sigue planeando sobre la formación. El sábado desbarató el Comité Federal, tras publicar ‘elDiario.es’ la información sobre denuncias contra él, de varias mujeres del partido por comportamientos inadecuados, cuando era su jefe en Moncloa, que terminó precipitando su salida. Noticia Relacionada estandar Si Bolaños insiste en desvincular a Sánchez de los escándalos que le acechan: «Él ha sido el principal traicionado» Nati Villanueva El ministro elogia la labor de Zapatero con Puigdemont y critica los perfiles «echados al monte» que han salido del congreso del PPNada se dijo de ello en la reunión del máximo órgano entre congresos, ni por parte de Pedro Sánchez ni del resto de intervinientes. Pero ayer la vicepresidenta primera, líder del partido en Andalucía y vicesecretaria general, María Jesús Montero, rompió el silencio en la reunión interna. Lo hizo para asumir las consecuencias del escándalo, un golpe muy duro en el corazón del sanchismo y del s ocialismo andaluz, pero al mismo tiempo lo enfrió, advirtiendo que podría no ir a más. Montero advirtió que la «presunción de inocencia» debe mantenerse siempre a salvo como un principio básico. Sus palabras encontraron eco en otros miembros de la Ejecutiva, en una reflexión colectiva donde incluso se apuntó la posibilidad, aunque fuese remotamente, de que las denuncias quedasen en nada. El propio sábado la portavoz Pilar Alegría les restó credibilidad a su llegada al Comité Federal, donde incluso tildó de «íntegro» a Salazar, si bien ella misma convocó después a los medios para rectificar. El tenor del debate ayer, según fuentes conocedoras de la reunión, es que conviene tener ciertas cautelas con acabar con la carrera política de alguien por denuncias aún por concretar o probar. Y que un día puede ser alguien como Salazar, pero mañana cualquier otro, incluso, apuntó alguien, altos dirigentes del partido. Todo ello sin menoscabo del respeto a las víctimas de cualquier acoso machista.El canal de denunciasSobre esto último hubo cierta confusión durante todo el día. La propia Mínguez, ya en su primera rueda de prensa, presumió de nuevo de celeridad en la respuesta, dado que según explicó se abrió una investigación con apenas una noticia de prensa, si bien subrayó que «no había ninguna denuncia» . La portavoz, que evidentemente hablaba bajo el influjo de la reunión a la que acababa de asistir, animó a las potenciales víctimas de acoso en el partido a que denuncien. Hasta este mismo lunes, el canal para ese tipo de denuncias en el partido existía en la página web del PSOE pero no estaba en la home, la portada del portal digital, donde desde ayer sí aparece, aunque tampoco en un lugar muy destacado de esa página web oficial. Sánchez, por su parte, insistió en varias de las ideas fuerza que ya había proclamado en su discurso del sábado, e incluso en esa comparecencia interna evitó enseñar demasiadas cartas de cara al debate del miércoles en el Congreso, donde comparecerá sobre el escándalo Cerdán. Mínguez lanzó un guiño a los socios, a los que ensalzó como «partícipes de todas las medidas que estamos diciendo que han mejorado la vida de la gente en estos últimos siete años», y les advirtió que la alternativa «es un señor Feijóo que le ha pegado un volantazo a su ideario y se va hacia los ultras». Ya sin estar cara a cara, el ministro Óscar Puente y el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, reeditaron su particular duelo. El titular de Transportes, en una entrevista en el programa ‘Mañaneros’ de Televisión Española, le acusó de defender una postura «minoritaria» . García-Page le aludió: « No defiendo un partido que se vanagloria de tener un puto amo» . Y añadió que algunos parecen tenerle más miedo a los críticos que «a gente como Koldo».

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