Desde el 12 de junio, cuando el demoledor informe de la Unidad Central Operativa, la UCO, de la Guardia Civil, acabó con la carrera política del número 3 del PSOE, Santos Cerdán , y dio origen al caso que lleva su nombre, antes denominado caso Ábalos, o caso Koldo, Ferraz y Moncloa vivían en un calvario político al que encontraban pocas o ninguna salida. Más aún cuando el último día de junio el juez Leopoldo Puente del Tribunal Supremo (TS) decidió el ingreso en Soto del Real, de manera provisional y sin fianza, del que fuera todopoderoso secretario de Organización de los socialistas. Tanto Pedro Sánchez como los distintos portavoces gubernamentales o del PSOE se aferraban al supuestamente duro curso judicial que a partir de septiembre va a tener que afrontar el Partido Popular (PP), con los juicios orales sobre una de las causas seguidas en la trama Gürtel o el juicio sobre la operación Kitchen. Pero eran pocos los socialistas que en privado confiaban verdaderamente en que esos procesos minasen el liderazgo o la credibilidad del líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. El caso de Cristóbal Montoro, en cambio, tras la imputación esta semana por un juzgado de Tarragona del exministro de Hacienda tanto con José María Aznar como con Mariano Rajoy por un asunto desvelado por ABC en 2017, el de la actividad de su despacho privado en paralelo a su trayectoria e influencia en la administración, adquiere un cariz muy distinto, según se estima en la sala de máquinas del Ejecutivo y del PSOE. Noticia Relacionada estandar No Caso Montoro: mala reputación y ajustes de cuentas Paloma EstebanPrimero porque se trata de una figura muy relevante y conocida por el gran público, como suele suceder con todos los titulares de Hacienda, y más aún si han ocupado esa cartera en dos gobiernos distintos. Y segundo porque, estiman en el círculo político más próximo a Sánchez, la actuación de Feijóo ante este caso ha empezado a dejar evidencias de cierto nerviosismo por parte del presidente de los populares. Como ejemplo de esto último ponen la respuesta algo tardía del expresidente de la Xunta de Galicia al caso, a través de las redes sociales. Un día antes el ministro Óscar López , a su vez líder del PSOE en la Comunidad de Madrid, le atacó mofándose de que «hoy no tiene agenda, el señor Feijóo». Como en otras ocasiones, los socialistas vuelven a presumir de haber actuado con gran celeridad ante los casos que les salpican, como demostraría la rápida destitución de Cerdán el mentado 12 de junio pasado. El expediente de expulsión del exministro de Transportes, José Luis Ábalos , en cambio, durmió el sueño de los justos durante más de un año desde que la UCO detuviera, en febrero de 2024, a su estrecho colaborador Koldo García, a la vez que al hoy ínclito comisionista Víctor de Aldama. Justo cuando Cerdán gobernaba con mano férrea en Ferraz. Ahora, en cambio, y tras la remodelación de la Ejecutiva y la designación de Rebeca Torró como nueva secretaria de Organización, el propio Sánchez anunció que entre las medidas para combatir la corrupción a futuro estaría la de la agilización de los expedientes de expulsión del partido. Pese a todo ello, y sacando a relucir de nuevo su visión más conspirativa o victimista de la situación, y coqueteando incluso con la denuncia de un ‘lawfare’ o guerra sucia judicial contra el Gobierno, la misma que denunció el propio Cerdán en el último Congreso Federal del PSOE del año pasado en Sevilla, los socialistas no las tienen todas consigo. Estiman que el estallido del caso Montoro puede tener el efecto de remover otras aguas. Traducido: que la instrucción del caso Cerdán podría tener sacudidas de importancia que volviesen a cambiar el foco público, ahora copado por Montoro, quien ya ha proclamado su inocencia. La euforia, por tanto, puede durar poco en la casa socialista. Aunque es mucho más de lo que se podían imaginar cuando hasta hace bien poco el agua nos les llegaba al cuello. Ahora, con el citado balón de oxígeno, Sánchez afronta las dos últimas semanas de un curso particularmente duro para el presidente, quien este mismo lunes llegará a Santiago de Chile para una gira que le llevará también a Uruguay y Paraguay.

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