El periodo de los primeros 1000 días de vida, que abarca desde la concepción hasta el final del segundo año, es el periodo de mayor crecimiento y maduración del bebé . Cualquier influencia en este periodo, aseguran los expertos, tiene una importancia vital. Y, de entre todos los factores que influyen en el crecimiento y en el desarrollo del bebé, la nutrición es, sin duda, uno de los más importante. De ahí la relevancia de lograr un buen estado nutricional y una alimentación adecuada, tanto de la madre durante el embarazo como, posteriormente, del lactante y del niño pequeño. Además, estos primeros 1000 días son una ventana de oportunidad en la que se adquieren los hábitos alimentarios que contribuyen a establecer los patrones saludables para toda la vida.Por eso, insiste Gonzalo Zárate, director médico de Danone Nutricia, «debemos dar tanta importancia a la nutrición en los primeros años de vida, ya que no solo impacta el desarrollo físico, emocional y cognitivo del bebé, sino que también moldea los hábitos alimentarios del niño y del adulto del futuro».Noticias relacionadas estandar No Entrevista Sonia Encinas, sexóloga: «Hay una manera de mantener las ganas de sexo tras ser madre» Laura Peraita patrocinada No contenido externo Ácido fólico: el aliado imprescindible para un embarazo saludable¿Cómo debería ser esa alimentación, en líneas generales? ¿Qué debería incluir y qué se debería evitar? ¿Esto nos lo debe explicar el pediatra? ¿Se hace correctamente en España?Lejos de lo que se piensa muchas veces, los bebés no son adultos pequeños. Su capacidad de absorción, tanto de nutrientes como de contaminantes, es superior a la de los adultos. Por el contrario, sus vías metabólicas, todavía inmaduras, son menos eficaces y cualquier sustancia tóxica que ingieran permanece en su organismo durante más tiempo. Por eso, en esta etapa, la nutrición adaptada es clave para su desarrollo y crecimiento. Además, los bebés tienen un estómago cinco veces más pequeño que el de los adultos, por lo que necesitan comer cantidades más pequeñas de alimentos blandos y nutritivos con más frecuencia a lo largo del día. En líneas generales, la alimentación debe ser saludable, equilibrada y segura, con alimentos de la mayor calidad posible. En la etapa de lactancia, la leche materna es el patrón de oro de la alimentación, pero para las situaciones en las que no se quiere o no se puede optar por esta opción, hoy en día, gracias a la investigación y la innovación, existen leches de fórmula cada vez más completas y adaptadas. Una vez que se inicia la alimentación complementaria, siempre hay que tener presente las proporciones correctas de frutas, verduras, proteínas y grasas saludables. Por supuesto, el pediatra es el mejor aliado para lograr la mejor nutrición del bebé, ya que siempre nos va a asesorar según las necesidades específicas que pueda tener cada niño.¿Qué errores comunes se cometen en esta etapa? En concreto, ¿cuál diría que es el error más común durante el embarazo respecto a la alimentación, y cuál en los dos años que siguen después, una vez nacido el bebé?En el embarazo, el error más común sigue siendo pensar que hay que comer por dos, lo que puede llevar a un aumento excesivo de peso. En lugar de cantidad, debe priorizarse la calidad nutricional de la dieta diaria (hierro, ácido fólico, omega-3, etc.). Durante los primeros dos años del bebé: puede darse la introducción temprana o inadecuada de alimentos (antes de los seis meses u opciones poco saludables), lo que puede afectar a su desarrollo. Lo ideal es lactancia exclusiva hasta los seis meses, en la medida de lo posible, y luego una alimentación complementaria progresiva, variada y nutritiva. En ambas etapas, el seguimiento profesional y la educación nutricional son esenciales para evitar riesgos y promover hábitos saludables.A su juicio, ¿cuál es el ‘patrón de oro’ de la alimentación del bebé?Como decía antes, la leche materna es el patrón de oro de la alimentación del bebé. Representa el vínculo materno-filial postnatal más importante y es vehículo de comunicación inmunológico, microbiológico y psicológico entre la madre y el bebé. La leche materna es un fluido biológico dinámico que contiene una mezcla compleja de nutrientes y células, bacterias y moléculas inmunológicas y hormonales que interactúan entre sí y cuya composición es diferente no solo entre mujeres, sino también dependiendo de múltiples factores que afectan a la madre, como su edad y su situación nutricional. En el caso de la leche de fórmula, la investigación crea cada día fórmulas de mayor calidad y adaptadas al desarrollo del bebé y puede ofrecerle en cada etapa la opción nutricional que más se adapte a sus necesidades. ¿Qué consecuencias puede tener una mala nutrición en estos primeros 1000 días?Los acontecimientos que suceden en el desarrollo del bebé durante sus primeros 1000 días de vida pueden afectar el riesgo de desarrollar enfermedades como la alergia o la obesidad infantil, factores importantes para la aparición de otras enfermedades no transmisibles, como la diabetes o enfermedades cardiovasculares y respiratorias, entre otras. La nutrición durante las etapas tempranas es capaz de modular el crecimiento y el desarrollo funcional del organismo, y puede ejercer efectos de programación metabólica precoz que perduren a lo largo de la vida. Optimizar el estado nutricional de la madre antes y durante el embarazo, así como la nutrición del lactante y del niño de corta edad es clave para ayudar a aliviar la carga de estas enfermedades no transmisibles.Muchos padres se preocupan porque su hijo «come poco». ¿Cómo deben manejar esa situación?Comer «mucho» o «poco» a veces son valoraciones subjetivas que hacemos los padres porque nos preocupamos por nuestros hijos y queremos lo mejor para ellos. Aunque durante la primera infancia es clave aportar al bebé la mejor alimentación, adecuada en cantidad y calidad, no existe una fórmula matemática exacta que valga para todos los niños por igual. Debe ser el profesional sanitario quien valore en cada caso si estamos ante un posible riesgo de malnutrición.Siempre teniendo en cuenta, en primer lugar, la opinión del pediatra, es muy importante que la calidad de los alimentos que damos a los pequeños sea la óptima. Apostamos por la crianza positiva, entendiendo que «alimentar» es mucho más que cubrir una necesidad nutricional: es educar, desarrollar, crear vínculos. Cada etapa de su portfolio ha sido concebida no solo desde la ciencia, sino también desde la empatía con los ritmos y desafíos de cada familia.MÁS INFORMACIÓN noticia No «El presidente, que no comió ayer a las 5, olvida que un millón de niños pasan hambre cada día en España» noticia No Un psicólogo alerta sobre sobreproteger a un niño y su efecto al convertirse en adulto noticia No «Todas las mujeres tienen derecho a elegir su parto, sea cual sea su edad, si no conlleva riesgos» noticia No ‘Sleep coach’, el nuevo perfil que acaba con el desvelo familiar del insomnio infantil noticia No Por qué (y cómo) debes practicar ejercicio si estás embarazada¿Qué mensaje final le daría a madres, padres y cuidadores?La alimentación durante los primeros 1000 días de vida del bebé resulta crucial para el desarrollo y la salud en ese momento y en etapas posteriores. Esta etapa tan crítica requiere algo más que una alimentación adecuada: necesita estimulación constante y un entorno que acompañe el crecimiento integral del niño.

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