La expansión vertiginosa de las actividades espaciales ya no es solo cosa de agencias gubernamentales. Vemos que empresas, grandes y pequeñas, están irrumpiendo en esta Nueva Economía Espacial, impulsadas principalmente por la bajada de costes de fabricación y lanzamiento de satélites. El espacio ultraterrestre, antes un coto casi exclusivo de Estados, se ha abierto a multitud de actores comerciales y presta incontables servicios ya cotidianos a la sociedad. Pero esta eclosión ha traído consigo un desafío: la fragmentación de las leyes en Europa. Trece Estados Miembros ya tienen sus propias normativas espaciales, y más están en camino.Esta diversidad crea un paisaje regulatorio fragmentado donde los obstáculos emergentes pueden impedir el funcionamiento del mercado interno. Las diferencias nacionales para garantizar la seguridad, resiliencia y sostenibilidad de las actividades espaciales pueden «afectar negativamente la provisión de datos y servicios espaciales en la Unión», como destaca la Regulación sobre la seguridad, resiliencia y sostenibilidad de las actividades espaciales en la Unión, conocida como EU Space Act . Esta es la ambiciosa propuesta que la Comisión Europea ha puesto sobre la mesa en este contexto.Un trampolín para la Industria Europea y EspañolaEl objetivo principal de esta nueva propuesta de regulación es claro: «apoyar el desarrollo y funcionamiento del mercado interno para el sector espacial». Se busca establecer un marco jurídico uniforme que fomente la innovación y proporcione un entorno empresarial «estable, predecible y competitivo».Noticia Relacionada estandar No Europa planea una Ley del Espacio que deberá acatar hasta el mismo Elon Musk Patricia BioscaPara las empresas europeas, incluidas las españolas, esto se traduce a mi juicio en varias ventajas clave:En primer lugar, mayor certeza jurídica y menos burocracia. La posibilidad de que un solo producto pueda comercializarse en los 27 Estados Miembros simplifica el acceso al mercado y reduce los obstáculos administrativos, acortando los tiempos. Destacaría que la armonización de requisitos y la previsibilidad regulatoria fomentarán la inversión y permitirán a las empresas, especialmente a las pymes y start-ups, escalar sus operaciones en toda la Unión.En segundo término, reconocimiento mutuo de autorizaciones. Una autorización obtenida en un Estado Miembro será reconocida en otros, y se facilitarán las operaciones transfronterizas. No obstante, los países podrán exigir requisitos más estrictos si, como indica la norma, son objetivamente necesarios para salvaguardar la seguridad, resiliencia o sostenibilidad ambiental de la operación de naves espaciales o lanzamientos en sus territorios.En tercer lugar, estímulo a la innovación. La regulación exigirá nuevas tecnologías para el seguimiento de objetos espaciales, la reducción de desechos y la protección del «cielo oscuro y silencioso». Esto empujará a la industria hacia soluciones más avanzadas y sostenibles.Finalmente, beneficios económicos tangibles. Aunque se anticipan costes de implementación iniciales (como un posible aumento del 10% en costes de fabricación de satélites o hasta 1.5 millones de euros para grandes lanzadores), considero que la simplificación regulatoria podría generar ahorros significativos. Por ejemplo, pasar de una autorización por satélite a una por constelación podría ahorrar 68 millones de euros en la próxima década. Extender la vida útil de los satélites en órbita baja de cinco a seis años se estima en un impacto económico anualizado de 1.300 millones de euros.La propuesta también tiene en cuenta la posible carga para las PYMES y las start-ups, incluidas «medidas de apoyo y proporcionalidad» con regímenes más ligeros para estas empresas, instituciones de investigación y misiones de demostración. Se prevé asistencia técnica, materiales de orientación y fondos para ayudarles en la implementación.¿Y qué pasa con SpaceX o Blue Origin? Las consecuencias jurídicasUno de los puntos clave de la EU Space Act es su ambición global . El artículo 2 establece que la regulación se aplicará a todos los proveedores de servicios espaciales que operen en la Unión, sin importar dónde estén establecidos. Esto significa que gigantes mundiales como SpaceX o Blue Origin, que ya ofrecen servicios de lanzamiento y datos espaciales en el mercado europeo, se verán directamente afectados.Las implicaciones jurídicas para estas empresas de terceros países incluirán:Registro obligatorio y representación legal: Los operadores espaciales de terceros países deberán registrarse en el Registro de Objetos Espaciales de la Unión (URSO) y designar «uno o varios representantes legales en la Unión» para asegurar la cooperación efectiva con las autoridades europeas.Cumplimiento de requisitos técnicos: Estarán sujetos a requisitos similares a los de los operadores de la Unión en materia de seguridad, ciberresiliencia y sostenibilidad ambiental. Esto incluye, por ejemplo, la suscripción obligatoria a servicios de evitación de colisiones.Mecanismos de Equivalencia: La Comisión podrá adoptar «decisiones de equivalencia», reconociendo que el marco legal y de supervisión de un tercer país (como EE. UU.) ofrece un nivel de protección comparable al de la EU Space Act. Si se concede esta equivalencia, se presumirá que los operadores de ese país cumplen con la normativa europea, evitando evaluaciones individuales adicionales. Esto es crucial para facilitar la cooperación internacional y evitar barreras comerciales innecesarias.«El establecimiento de un marco común a nivel de la Unión convertiría a la UE en un referente global en un ámbito que reclama soluciones a largo plazo», afirman desde la Comisión Europea.En esencia, la EU Space Act busca nivelar el terreno de juego. Al exigir estándares elevados a todos los que operen en el mercado interior, la UE no solo protege sus intereses y fomenta la competitividad de su propia industria, sino que también establece un modelo regulatorio para el espacio ultraterrestre en un momento crítico. Considero que sin una legislación internacional detallada para abordar riesgos emergentes como la congestión orbital, el riesgo de colisión o el impacto ambiental, esta iniciativa europea podría ser el punto de partida para futuros estándares globales.MÁS INFORMACIÓN noticia Si La NASA busca en la Tierra el tipo de vida que podríamos encontrar en la luna Europa noticia No El nailon, la fibra sintética que nació para fabricar paracaídas en la Segunda Guerra Mundial y cubrió las piernas de las mujeresEn definitiva, me gustaría subrayar que es importante que la EU Space Act no es sólo una «ley espacial», sino una «regulación de actividades y servicios, concretamente de datos y servicios espaciales». Representa un paso ambicioso hacia la consolidación de un mercado interno espacial europeo, con equilibrio en innovación, seguridad y sostenibilidad. Su éxito dependerá de la capacidad de la Unión para articular un marco flexible y tecnológicamente neutro, que permita a la UE liderar la gobernanza global del espacio y responder a los retos emergentes de la nueva economía espacial.SOBRE EL AUTOR efrén díaz díaz Abogado, Doctor en Derecho por la Universidad de Navarra. Asociado Senior. Responsable de las Áreas de Tecnología y Derecho Espacial del Bufete Mas y Calvet (Madrid). Autor del Código Geoespacial del Boletín Oficial del Estado (BOE) de España.

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