Así será el futuro Museo El Capricho, el legado de la duquesa ilustrada que apadrinó a Goya

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Así será el futuro Museo El Capricho, el legado de la duquesa ilustrada que apadrinó a Goya

Los duques de Osuna, y en especial Josefa Pimentel, fueron mucho más que los mejores clientes de Francisco de Goya. El aragonés firmó, bajo su mecenazgo, cuadros célebres como ‘La familia de los duques de Osuna’, además de obras como ‘La gallina ciega’, ‘El conjuro’ y ‘El aquelarre’, destinadas a decorar El Capricho , el refugio campestre de esta noble familia en la capital. Esta villa, ideada por la también condesa-duquesa de Benavente siguiendo las tendencias europeas, fue además punto de encuentro de aristócratas, intelectuales y artistas del siglo XVIII. En sus jardines podían coincidir Goya y Boccherini, pero también Ramón de la Cruz, Meléndez Valdés, Barbieri o Jovellanos. Más pronto que tarde podrán pasear también por el interior de esta residencia veraniega los visitantes que quieran descubrir el legado de esta familia. Después de tres años de obras de rehabilitación y casi una década después de que el consistorio empezase a trabajar en la idea de convertir este Palacio de los Duques de Osuna en un centro de interpretación, este proyecto empieza por fin a coger forma. El área de Cultura, Turismo y Deporte adjudicó la semana pasada el contrato para el suministro, la instalación y montaje de la colección permanente del futuro Museo El Capricho. Según dicha documentación, a la que accedido ABC, en total, el consistorio ha invertido 2,3 millones de euros para presentar la historia de la quinta y de sus propietarios, moradores y promotores, así como con las corrientes artísticas y de pensamiento bajo las que se creó. Así, explicaban cuando licitaron el contrato desde el área dirigida por Marta Rivera de la Cruz, en este nuevo centro «se abordará la introducción en España de las corrientes artísticas e intelectuales de los siglos XVIII y XIX» y «la vida cotidiana de la nobleza en el tránsito del antiguo régimen a la sociedad liberal».Noticia Relacionada estandar Si Parque El Capricho, el jardín del arte y el misterio cumple 50 años Natalia Moscardó Gallego Antiguo lujo de la duquesa de Osuna, este rincón único con búnker secreto y jardines románticos celebra su 50 aniversarioEl proyecto museográfico, redactado por el arquitecto Jorge Ruiz Ampuero –siguiendo las directrices del equipo de conservadores del proyecto, dirigidos por Gema Hernández Carralón–, se desarrolla en la planta baja (877 metros cuadrados), la principal (656 metros cuadrados) y tres de los cuatro torreones (400,12 metros cuadrados) del antiguo palacio situado en el corazón del protegido jardín histórico El Capricho, en el barrio de la Alameda de Osuna (Barajas). Su colección permanente (y abierta, a la que se siguen agregando piezas tanto por compra como por donación) contará con más de 200 obras, originales y reproducciones, que van desde el último tercio del siglo XVIII hasta la primera mitad del siglo XX, aunque la mayoría corresponden al periodo de mayor esplendor de esta finca de recreo, entre 1789 y 1844.Incorporarán además elementos interactivos que sirven para entender mejor el discurso del museo, como pequeños documentales y una pantalla con un sensor de movimiento que activa una imagen de la duquesa que cobra vida mediante una caracterización.Josefa Pimentel, protagonistaLa primera sala noble que verá el visitante al entrar por el portal tipo galería, después de la recepción, la consigna y la cafetería, será el patio de la fuente, presidido por una escultura de terracota de Diana y Endimión, que incluirá información sobre el conjunto del Jardín y Palacio de El Capricho , de propiedad municipal desde 1974. La siguiente habitación, antes de subir a la primera planta, será el Zaguán, dedicado a recoger la historia de la familia de los Duques de Osuna. En las escaleras que comunican con el piso superior, además, se situarán reproducciones de retratos familiares.De la bienvenida a la primera planta se encargará una versión virtual de Josefa Pimentel, protagonista del museo y artífice de la quinta. A continuación, se evocará la sala de tertulias, con elementos musicales, donde recibía a sus invitados. La siguiente, el Cuarto de Señoritas, busca recrear el ambiente femenino de la época. Su vecina, Socorre Enseñando, mostrará el interés pedagógico y de protección de la infancia de las damas ilustradas de finales del siglo XVIII. La duquesa fue, de hecho, la primera presidenta de la Junta de Damas de Honor y Mérito fundada por Carlos III, además una de las dos primeras mujeres en ingresar en la Real Sociedad Económica Matritense.La antesala al área dedicada al coleccionismo de los Osuna es el Gabinete de la Duquesa, al que no se podrá acceder, pues conserva pinturas de la época y el suelo de cerámica dieciochesca de la época, pero sí observar desde un vano habilitado para ello. Entre este espacio y la biblioteca destacan las salas de Goya, con reproducciones de obras del artista como ‘El Aquelarre’ o sus ‘Caprichos’. En este piso estarán también la Biblioteca y el Gabinete del Duque, con trajes masculinos y mobiliario de la época. Años de obras Arriba, aspecto del Comedor de Gala durante las obras. Abajo, a la izquierda, la sala Zaguán durante la recta final de las mismas. A la derecha, ‘El Aquelarre’, uno de los cuadros que se reproducirá en las salas de Goya. Memoria Museo El CaprichoDe vuelta a la planta inferior el viaje continúa por el Comedor de Gala, presidido por un mosaico cerámico pompeyano de la Batalla de Issos, y dos salas dedicadas a relatar la historia de la familia y su quinta a lo largo del siglo XX, cuando, entre otras vicisitudes, pasó a manos de la familia Bauer.Finalmente, en la planta superior instalarán un mirador y una zona destinada a conocer el fenómeno de la cámara oscura, muy empleado por los pintores del momento. Así, mediante un simple orificio (estenopo), se proyectará el jardín en el interior de la estancia.Una búsqueda complejaLa formación de la colección permanente, tal y como se reconocen en la propia memoria del Museo el Capricho y sus pliegos técnicos, ha sido «compleja». Se inició con la aprobación del proyecto en 2017, pero en estos años (cambio de gobierno municipal incluido) el consistorio tuvo que volver a licitar un nuevo contrato de obras de remodelación del Palacio tras detectar en el primer plan de reforma errores y considerar que estaba incompleto. Ha primado en la búsqueda actual, explica este documento, la selección de objetos (cuadros, estampas, material bibliográfico, mobiliario, objetos de artes decorativas y suntuarias, así como material etnográfico relacionado con la infancia y los oficios femeninos, entre otros) relacionados con la familia de los IX duques de Osuna y sus descendientes directos, así como con el Palacio, para recrear sus ambientes. En su defecto, se han elegido piezas del gusto de la época o que ilustran los contenidos tratados.Muchas de estas obras proceden de otras colecciones municipales (como el Museo de Historia de Madrid) o incluso nacionales, como la Biblioteca Nacional de España. Las reproducciones se han encargado, entre otros, a instituciones como el Taller de Vaciados de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Los montadores cuentan, según prevé el contrato, con 150 días hábiles, desde el 1 de octubre, para hacer realidad esta memoria. Esta vez sí, comienza la cuenta atrás para poder entrar en el Museo El Capricho.

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