La reforma del proceso de selección de los funcionarios, anunciada el pasado lunes por el ministerio de Función Pública , ha suscitado el rechazo de las asociaciones de jueces, magistrados, fiscales y policías, entre otros colectivos de funcionarios. Los profesionales han denunciado que la nueva propuesta entraña una «inaceptable injerencia política» en las oposiciones, que siempre se han caracterizado por su objetividad.ABC ha podido hablar con varias personas que se han enfrentado al proceso: una de ellas pasó un año y medio estudiando la oposición a judicatura, pero terminó dejándolo por la incertidumbre de las reformas planteadas por la Administración. Otra aprobó su oposición, pero considera que el sistema actual no es ideal , y mucho menos la nueva propuesta ideada por Función Pública. Una tercera no solo aprobó la oposición sino que ha preparado durante diez años a los opositores. Los tres creen que el nuevo sistema pone en riesgo la actual objetividad de selección de los funcionarios. Lidiar con la incertidumbreMireya P. pasó un año y medio preparándose para afrontar la oposición a juez. Recién salida de la carrera de derecho, comenzó a abordar los más de 300 temas exigidos , con jornadas que superaban las 10 horas de estudio. Sin embargo, un año y medio después, a pesar de que había obtenido buenos resultados en sus simulacros, terminó desistiendo.Noticia Relacionada estandar Si Los inspectores de Hacienda denuncian que el nuevo sistema de selección atenta «contra la objetividad y el mérito» Jaime Mejías La Asociación de Inspectores de Hacienda del Estado rechaza esta propuesta de la secretaria de Estado de Función Pública por atentar contra la objetividad, el mérito y la capacidadUno de los motivos, según cuenta a ABC, fue la incertidumbre que le generaban las constantes amenazas de cambio en las condiciones del examen, y la ansiedad que siempre acarrea lo desconocido. Según cuenta Mireya, cuando se enteró de que pretendían modificar uno de los exámenes, de oral a escrito, le entraron las dudas. Aquí peligra un factor crucial: la objetividad, es decir, la misma garantía que preocupa a los profesionales ante la nueva reforma propuesta por el Gobierno . «El hecho de que se planteen tantas reformas genera ansiedad. Si a mí me la generaba, no me quiero imaginar a los que lleven 6 o 7 años preparándose, y de repente les dicen que les van a cambiar todo el sistema», admite. El cambio de una prueba oral a escrita es radical: entra en juego la interpretación del corrector, puesto que en un examen oral, los temas se deben recitar lo más rápido posible, sin añadidos. Por tanto, o se tiene bien, o se tiene mal. En los escritos, por contrario, entra en juego el juicio personal , tanto el del examinado con el del examinador, lo que le añade otro matiz.Con respecto a la nueva reforma planteada por el Gobierno, surgen dudas: ¿qué criterios se tendrán en cuenta para acceder al máster? ¿Si suspendes el examen final, cuál es el procedimiento para volver a presentarse? ¿Y si los profesores que te asignan en el máster no conectan contigo? Un opositor puede cambiar de preparador sin problema. «El hecho de que un profesor te conozca, en clase, genera vínculos . Esto no pasa con un tribunal de oposición, por lo que peligra la objetividad, tanto para favorecer como para perjudicar», culmina.Respecto al nuevo formato de la oposición, le parece que tiene ventajas, aunque también es peligroso: al entrar en juego un máster, el temario se acotaría considerablemente. «Tiene que haber un cambio en la literalidad, pero hacerlo a través de un master llevado por la Administración es la fórmula perfecta para que entre en juego la subjetividad», culmina.Dificultar el modeloAdrián M. aprobó la oposición a Cuerpo de Gestión de la Administración Civil en noviembre de 2024. Su experiencia es de éxito , puesto que ya ejerce en su plaza. Sin embargo, considera que el formato actual no es el ideal, sobre todo de cara al trabajo práctico. «En la actualidad, el proceso es de pura memorización : no supone ninguna garantía de que vayas a hacer bien tu trabajo en lo práctico». En cambio, él considera que seguir el modelo de la Unión Europea podría ser más adecuado. En este sistema, los aspirantes han de haber pasado unos años en la empresa privada para poder opositar. Esta experiencia en el sector empresarial permite aprender a gestionar equipos y trabajar con gente. «Cuando se estudia la oposición , uno se aísla mucho. No es nada fácil, hay gente a la que le puede costar reintegrarse en un equipo», indica Adrián. Del mismo modo, tampoco le parece que la reforma propuesta por el Gobierno solucione el problema. Coincide acerca de la necesidad de atraer talento a la Administración. Sin embargo, le parece que el nuevo proceso no facilita el acceso, sino que lo complica, además de añadir incertidumbre al proceso. «Aunque en los niveles más bajos de la Administración puedes estar mejor remunerado que en el sector privado, los A1, para la responsabilidad que alcanza, no está tan bien remunerado», admite, reconociendo que el problema sigue presente.Luis Biendicho preparó las oposiciones a Abogacía del Estado y desde hace más de veinticinco años ejerce como Letrado de la Comunidad Autónoma de Aragón habiendo desempeñado distintos cargos y puestos en esta Administración regional.Defiende el sistema tradicional de oposiciones, basado en exámenes orales que exige el conocimiento y desarrollo de un amplio temario ante un tribunal elegido para cada oposición, porque, a su juicio es el mejor sistema para dar cumplimiento y aplicar los principios de mérito y capacidad que recoge la Constitución como principios esenciales para el acceso a la función pública desde un estricto respeto al principio de igualdad de todos los españoles.La preparación de los ejercicios de la oposición, -pese a la idea que hoy traslada interesadamente el poder político a nuestra sociedad- no exige la memorización como factor o elemento fundamental. Por el contrario, argumenta Luis, esa «memorización», para que sea efectiva, requiere y viene precedida de un ejercicio de comprensión intelectual y asimilación técnica que da un conocimiento sistemático, conjunto, y a la vez detallado y específico-, de un amplio elenco de materias jurídicas.Explica que no se trata sólo de la memoria. Es la capacidad y la comprensión lectora, la capacidad de análisis, de síntesis, de verbalización y expresión y de organización del trabajo (el estudio es trabajo intelectual por excelencia).Y es fundamental también la capacidad psicológica que proporciona para afrontar la incertidumbre de un resultado final, prolongada durante un periodo de tiempo amplio.Es por ello, que Luis, que ha sido durante diez años preparador de opositores , cree que el sistema tradicional de oposiciones no sólo capacita sino que cualifica para un ejercicio inmediato de la actividad profesional en la defensa de los intereses públicos -del bien común-, pues proporciona una profesionalidad basada en la rapidez de respuesta, en la comprensión de asuntos de gran complejidad técnica y administrativa, y en la capacidad para analizar e integrar en profundidad temas y cuestiones diversas y muy distintas en un grado que difícilmente cualquier otro sistema de aprendizaje te puede proporcionar.Además, considera que este método de acceso es el que mejor garantiza las condiciones de imparcialidad y objetividad en el ejercicio de la función pública de los altos funcionarios , valoradas las pruebas por tribunales evaluadores independientes no predeterminados hasta el momento de su convocatoria.Y, por tanto, sin riesgo alguno de discrecionalidad y arbitrariedad en el proceso de selección que pueda ser guiado en función de las necesidades coyunturales y de los criterios e intereses ideológicos de los gobiernos de turno.Cree que el sistema actual opera como una de las mayores garantías de las que disponen los ciudadanos para asegurar el funcionamiento eficaz y eficiente de una Administración al servicio de los intereses generales, cerrando las vías a mecanismos de selección que dejan margen a la aplicación de criterios ideológicos y de coyuntura política del todo ajenos a las necesidades de una buena Administración.

Leave a Reply