Un paseo por aquellos maravillosos años de El Cid y Victorino: ¡ojalá en Madrid!

Home People Un paseo por aquellos maravillosos años de El Cid y Victorino: ¡ojalá en Madrid!
Un paseo por aquellos maravillosos años de El Cid y Victorino: ¡ojalá en Madrid!

Viajamos a otra década, a otro tiempo. Volvimos a las esencias del toreo clásico con un toro bravo. Como si nuestras retinas rebobinaran hacia la mágica época de El Cid y Victorino, de Victorino y El Cid. Retumbó a las ocho y cuarto la frase inmortal del viejo Martín Andrés: «Que me perdonen los demás, pero como El Cid, ninguno». Y recordamos entonces al abuelo, a los que no están y a los que recorrieron miles de kilómetros para ver el tándem de aquellos maravillosos años, potenciados ahora por Martín García, de premio en premio. Y de nuevo en un cruce de (4)Caminos con El Cid: antológica su faena al excelso cuarto. Con su mano dorada se plantó en los medios. Los vuelos echados a izquierdas, el corazón ofrecido y Vengativo, que era lo opuesto a su bautismo, embistiendo con tan brava y profunda nobleza. ¡Qué bonita es así una tarde de toros! Cómo humillaba el victorino, con esa largura y ese ritmo sostenido, el de las excelencias de la bravura, con sus guapas hechuras. Menudo lío le formó Manuel Jesús, con una serie zurda de fábula, engarzada a una trincherilla de cartel y el auténtico de pecho. ¿Y qué me dicen de aquel desdén que barría hacia dentro las nostalgias? Porque era un toreo de otro tiempo, pero que veían nuestros ojos un 25 de julio de 2025, fecha privilegiada de esta obra convertida en acontecimiento. Noticia Relacionada Feria de Santander estandar Si Cartuchero quiso arrancar la cabeza a Emilio de Justo: feísima cogida al entrar a matar Rosario Pérez Se volcó el extremeño en la hora final, le pegó un volteretón, con una horrible caída y pisotones por la cara y la cabeza, que le dejaron hecho un eccehomo y con una brecha a altura de la ensangrentada oreja izquierdaTuvo que llegar El Cid para reventar la feria en la apuesta de Roca Rey con la A coronada y, de paso, enseñar a todo el escalafón cómo se lidia un victorino. Todo ello en la tarde del gran reclamo de la taquilla, el mandamás del cartel, al que brindó El Cid. De torero a torero, con resultados muy dispares en el marcador: cuatro avisos para el limeño y dos orejas para el sevillano con un Vengativo de vuelta al ruedo. Que también tuvo un buen pitón derecho, por donde seguía repitiendo a las presentadas telas de El Cid. Pero es que su izquierda es otro mundo, otra hondura, el natural deletreado y acariciado. El de los billetes que tantas veces se perdieron por la espada. No falló esta vez la tizona de El Cid, que se podría haber dado más coba en busca del indulto como a aquel adolfo para evitar la suerte… Cuando se perfiló para la hora de la verdad, sonaron los pitos y el «¡no lo mates!», pero el sevillano se tiró decidido, sabedor de que allí se encontraba el todo o la nada. Ni una nada de trofeos hubiese borrado tan desbordante emoción –no se han puesto los tendidos así en pie ningún día–, pero fue el todo, la estocada enterrada, las dos orejas y la vuelta en el arrastre para Vengativo, al que aplaudía el propio matador. Como toda la plaza. Como el ganadero y su nieta Pilar, que disfrutó más que nadie en el regreso a Santander de su divisa tras diez años de ausencia. A lo grande el reencuentro con la afición cántabra, que hablaba del toro de la boca cerrada y del torero de raza hasta el desplante final a cuerpo limpio. El Cid lo gozó como goza quien ya nada tiene que perder. ¿Se ganará el reencuentro con su Madrid? Qué bonito sería… De momento, se ha ganado la sustitución de Cayetano, que causa baja por un percance en un tentadero.Tras el apoteósico paseo al anillo del maestro llegaron las lanzas contra Pedro Sánchez. Atrás quedaba el grupete de antis que mostraba ataúdes de papel y gritaba cosas raras. No saben lo que se perdieron… Porque lo del veterano del cartel, con 51 tacos y peinando canas, no fue solo flor de Vengativo. Anda que no estuvo importante con el primero, con las complicaciones de la casta y con peligro. Perfectamente lo entendió, jugándose el tipo con su medio siglo de vida en lo alto. Para Manuel no había nada más que este 25 J. Y mañana Dios dirá.Feria de Santander Coso de Cuatro Caminos. Viernes, 25 de julio de 2025. Séptima corrida (festividad de Santiago). Cartel de ‘No hay billetes’. Toros de Victorino Martín, de buena presencia dentro de la desigualdad; de variado juego y con los matices de la casta; destacó el bravo, humillador, noble y profundo 4º, la excelencia de la interesantísima corrida. El Cid, de marino y oro: espadazo contraria tendida y tres descabellos (saludos); estocada desprendida (dos orejas tras aviso). Sale a hombros y hoy sustituye a Cayetano. Roca Rey, de pistacho y oro: dos pinchazos hondos y media arriba (silencid e tras dos avisos); estocada traserísima tendida y dos descabellos (silencio tras dos avisos). Jarocho, de crema y oro: estocada (saludos); pinchazo y estocada caída (vuelta al ruedo).A Roca se le acabó atragantando la interesantísima victorinada, con los variados matices de lo bravo y de buena presencia en general. Al filo de los tres avisos en ambos, aunque ahí quedó su autoritaria faena a Hebreo. Se secaron las gargantas cuando le puso la zancadilla en los delantales y perdió el equilibrio. A merced del toro quedó, con el capote encima como autoquite. Merodeaba otra ‘Tarde de soledad’, ya sin las cámaras de Serra. Se levantó el torero intacto, con la zapatilla perdida ante aquel Hebreo que tan mal rato hizo pasar a la cuadrilla, midiendo y dominando el escenario. Hasta que se quedó a solas con el Cóndor en medio de un silencio invisible el resto de tardes. Qué runrún. Poco a poco, Roca Rey fue haciendo a Hebreo, que desarrolló un fondo muy bueno en su poderosa muleta. Pero alargó lo que no está escrito y aquello se emborronó. Con el incomodísimo quinto, con guasa, no lo vio claro y se marchó con dos silencios. Hoy tiene la oportunidad de resarcirse.Una vuelta al ruedo se anotó Jarocho con el de más volumen, un sexto nobilísimo (el tercero fue deslucidote). Sorprendió y gustó su ilusionante trazo zurdo, siempre imprimiendo lentitud. Merece oportunidades este joven matador, aunque esta feria lleve el nombre de El Cid. ¡Torero, torero!

Leave a Reply

Your email address will not be published.