A lo largo de los miles de audios requisados a Koldo García y puestos a disposición de las partes se puede hacer una radiografía pormenorizada del día a día del que fuera exasesor del ministro. Desde asuntos tan personales como cuando se le escucha dormir a su hija, hasta cuando habla con una mujer sobre cómo debe ir vestida y qué debe enseñar en un momento determinado, en lo que pareciera una ‘masterclass’ de seducción a base de enseñar escote y pierna.«Lo que hay que hacer es llevar el de tirantes, poner el pecho un poco hacia el borde, abrir un poco los botones… o la de lino que es transparente totalmente, y que se vea que se nota el pezón por encima», le explica para luego indicar que debe buscar posiciones (…) que puedan venir bien para que se pueda ver la teta o se pueda ver culo».Esa nota de voz se suma a otras conversaciones como la que mantuvo con dos personas con acento de Europa del Este que espiaron para él a dos políticos socialistas en un bar, o al mensaje de voz que le dejó un conocido: «Si quieres te puedo regalar una trituradora para que tritures esos papeles y desaparezcan y si quieres también te regalo una vara de olivo para ponerte el lomo calentico, ya nos veremos gorrión».Koldo compartía todo, incluso aquella vez que volviendo en coche desde Murcia «con el barco encima» se le pinchó una rueda, o la vez que le llamaron para tomar café y tuvo que decir que no porque estaba en Guinea «en medio de la selva».

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