A trece kilómetros de la frontera española, la vez que más cerca ha estado de poder ser detenido, en su desafío a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado -exceptuando su breve paso por Barcelona en agosto del año pasado-, Carles Puigdemont ha presidido este domingo el quinto aniversario de Junts, en un acto que ha utilizado para atacar a la ultraderecha de Aliança y Vox, por sus discursos contra la inmigración ilegal, que está amenazando a su bolsa de votantes. El expresidente catalán les ha tachado de «arquitectos del caos».En una reivindicación de su proyecto separatista, del que ha lamentado que «nos han dado por muertos muchas veces», Puigdemont ha respondido con un ataque directo a la secretaria general de Podemos, Ione Belarra , tras sus críticas días a Junts por el traspaso de las competencias de inmigración. El presidente de JxCat, en referencia a Podemos y Vox, ha acusado a «los extremos» de «retroalimentarse». En este sentido también ha celebrado que «nosotros incomodamos a los que viven muy bien en los extremos y no quieren salir de ellos».El expresidente de la Generalitat, que en esta ocasión solo ha logrado reunir a un millar de personas en la localidad francesa de Prats de Molló , también ha acusado a ERC de «venir negociados de casa». Afeando a los de Oriol Junqueras su política a la hora de llegar a acuerdos con el Partido Socialista, «dejando por el camino decenas de renuncias al afirmar que eso no nos lo aceptarán». Carles Puigdemont ha tachado al grupo capitaneado por Gabriel Rufián por «ser una fábrica de cepillos» al actuar «desde la amabilidad». Sin críticas a la corrupción del PSOEEn medio de la renegociación del acuerdo de Bruselas, que permitió la investidura de Pedro Sánchez hace prácticamente dos años, Puigdemont ha optado por no hacer ningún tipo de referencia a la situación interna que vive el partido socialista. Pese a que quien estampó la firma junto a la suya por la parte socialista, Santos Cerdán, está en prisión preventiva.El expresidente de la Generalitat, que ha repetido la fórmula de ir «partido a partido» en todas las negociaciones en el Congreso , ha preferido centrar sus críticas en la oposición, pese a que en las últimas votaciones sus siete diputados se hayan encontrado con Vox y Podemos, dos de los partidos contra los que ha sido más duro este domingo.Puigdemont, que está a la espera de que el Tribunal Constitucional resuelva la petición de cautelarísimas que realizó su defensa, para que le pueda ser aplicada la amnistía, y que sigue instalado en la estrategia de exprimir al PSOE en todas las cuestiones que los independentistas tienen todavía sobre la mesa y que son objeto de las reuniones con el mediador en el extranjero. A modo de amenaza a los socialistas, ha vuelto a reiterar que nadie puede dar por asegurados sus votos.La localidad elegida por Carles Puigdemont para celebrar el quito aniversario de su formación, Prats de Molló , es todo un gesto. Es el municipio desde el cual, en el año 1926, el expresident Francesc Macià intentó la invasión armada de Cataluña para lograr la independencia. Una intentona que, como la que lideró Puigdemont en 2017, también acabó en fracaso.

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