El atacante de Park Avenue dejó una nota culpando a la NFL y pidió que estudiaran su cerebro

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El atacante de Park Avenue dejó una nota culpando a la NFL y pidió que estudiaran su cerebro

Vestido con chaqueta oscura, pantalón negro y gafas de sol, Shane Devon Tamura llegó caminando poco antes de las cinco de la tarde al número 345 de Park Avenue , en el corazón del distrito financiero de Manhattan. En la mano derecha llevaba un fusil semiautomático M4. Las cámaras de seguridad captaron su entrada serena pero decidida. Sin intercambiar palabra, cruzó el vestíbulo del edificio y abrió fuego de forma indiscriminada, matando a cuatro personas , entre ellas un agente del Departamento de Policía de Nueva York que se encontraba de servicio en la zona. Tras sembrar el caos en la planta baja, Tamura se dirigió al ascensor, lo activó con calma, y ascendió hasta el piso 33, donde volvió a disparar antes de quitarse la vida.El vehículo del atacante, un BMW gris oscuro, había sido visto por última vez a las 16:24 en Columbia, Nueva Jersey, apenas una hora antes del ataque. Estaba estacionado de forma irregular frente al edificio, lo que llevó a los agentes a inspeccionarlo tras la masacre. En su interior, la policía encontró un pequeño arsenal: un maletín para armas, una pistola cargada, varios cargadores de repuesto, munición adicional, una mochila con pertenencias personales y medicación psiquiátrica a nombre de Tamura. La unidad de desactivación de explosivos del NYPD descartó la presencia de artefactos peligrosos. Según la comisaria Jessica Tisch, todos estos elementos refuerzan la hipótesis de que Tamura había planificado con antelación su acción y estaba preparado para causar un número aún mayor de víctimas.En el bolsillo del pantalón llevaba una nota manuscrita de tres páginas en la que afirmaba sufrir encefalopatía traumática crónica (CTE, por sus siglas en inglés), una enfermedad cerebral degenerativa causada por impactos repetidos en la cabeza, común entre jugadores de fútbol americano. El edificio atacado acoge la sede de la NFLEn el texto, Tamura pedía expresamente que su cerebro fuera estudiado después de su muerte y hacía referencias vagas a la NFL , cuya sede se encuentra precisamente en el mismo edificio donde perpetró la matanza. Aunque la carta carecía de una motivación articulada, el tono era errático y dejaba entrever un sentimiento de rencor hacia la liga, a la que parecía culpar en parte de su estado mental.Tamura había jugado al fútbol americano en el instituto Granada Hills Charter , en el área metropolitana de Los Ángeles. No siguió una carrera deportiva profesional, pero en la nota vinculaba su participación juvenil en ese deporte con el presunto deterioro de su salud mental. Casos similares han sido objeto de debate en Estados Unidos: varios exjugadores de la NFL, diagnosticados con CTE de manera póstuma, han protagonizado episodios de violencia extrema o cayeron en depresiones severas antes de suicidarse. La enfermedad ha sido asociada con alteraciones cognitivas, impulsividad, pérdida de control emocional, deterioro progresivo de la memoria y comportamiento errático . La propia NFL se ha enfrentado múltiples demandas por presuntamente ocultar durante años los riesgos neurológicos del juego de contacto.Que Tamura mencionara esta condición no implica, sin embargo, que estuviera clínicamente diagnosticado. Por ahora, no se ha confirmado que el atacante haya sido evaluado para detectar CTE. El FBI y la policía de Nueva York han solicitado una autopsia completa, incluido un examen neuropatológico del cerebro.Residía en Las Vegas y había trabajado recientemente como guardia de seguridad en un casino de la ciudad. Disponía de un permiso de porte oculto de armas emitido en Nevada, con vigencia hasta 2027, y una licencia como investigador privado. En 2023 fue arrestado por un caso de allanamiento sin robo. Al menos dos detencionesSegún las autoridades, había sido sometido al menos dos veces (en 2022 y 2024) a detenciones psiquiátricas de emergencia bajo una ley del estado de Nevada, que permite internar temporalmente a personas consideradas un riesgo para sí mismas o para terceros. Vivía solo, no tenía empleo formal al momento de los hechos y no dejó indicios claros de tener cómplices o una red de apoyo.La masacre ha reavivado el debate en torno a la salud mental , el acceso a las armas de fuego y la responsabilidad institucional de ligas deportivas como la NFL. También ha puesto bajo escrutinio los sistemas de control de armas en Nevada, un estado con leyes permisivas en comparación con Nueva York. Las autoridades federales colaboran con el NYPD en la investigación del recorrido exacto que hizo Tamura hasta Manhattan, los materiales que transportó y cualquier posible indicio de planificación previa más detallada. Por ahora, todo apunta a que actuó solo.

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