«Yo no puedo postularme a presidente de nuevo, de acuerdo a la Constitución por la prohibición del Artículo 152. Además, tengo el acuerdo con mi esposa de que este (mandato) es el último». Esta afirmación la hizo Nayib Bukele durante una entrevista –de las pocas que concede– a la revista ‘Time’ en septiembre de 2024. Una declaración que podría convertirse en papel mojado después de que el Parlamento salvadoreño, controlado por el oficialismo, diera luz verde el jueves a una reforma exprés de la Constitución que permitirá la reelección indefinida, sin limitación de mandatos. También ampliará la duración de estos, que pasarán de cinco a seis años, así como la supresión de la segunda vuelta electoral –ganará en la primera quien obtenga más votos–. A estas medidas se suma que se harán coincidir los comicios legislativos, locales y presidenciales, lo que permitiría a Bukele volver a presentarse en 2027. La reforma salió adelante con 57 votos a favor y tres en contra.No es la primera vez que el mandatario burla los límites de la Constitución para mantenerse en el poder. Ya lo hizo en 2024 para presentarse a un segundo periodo, elecciones que ganó con casi el 85% de los votos. «El poder reside en el pueblo. Y solo el pueblo tiene el derecho a decidir», justificó la reforma constitucional el jueves en la red social X Ernesto Castro , diputado de Nuevas Ideas –partido creado por Bukele tras ser expulsado del FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional)– y presidente de la Asamblea Legislativa. La oposición denunció por su parte que la reforma «fue aprobada sin consulta, de forma burda y cínica. Se quitaron las máscaras. Hoy ha muerto la democracia en El Salvador», sentenció la diputada de Arena (Alianza Republicana Nacionalista) Marcela Villatoro .Noticia Relacionada estandar Si Un condenado por un triple crimen en Madrid, entre los repatriados en la negociación Trump-Maduro David Alandete Dahud Hanid Ortiz, exteniente del Ejército de EE.UU., fue juzgado y condenado en Caracas por matar a tres personas en 2016. Pese a ello, figura entre los estadounidenses repatriados como parte de un canje negociado por WashingtonAntes de su aprobación, Human Rights Watch (HRW) ya había alertado de que el Gobierno de Bukele estaba «recorriendo el mismo camino que Venezuela. Empieza con un líder que usa su popularidad para concentrar poder, y termina en dictadura», escribió en X Juanita Goebertus, su directora para las Américas. Hay quienes ven en este movimiento de Bukele muchas similitudes con el camino recorrido por el dictador Daniel Ortega en Nicaragua y sus sucesivos cambios de la Constitución, que le han permitido atornillarse en el poder y encarcelar a la oposición y a las voces disidentes. Escalada autoritariaTras más de seis años en el poder –la mitad de ellos con el país bajo régimen de excepción , lo que ha provocado la detención de más de 80.000 personas–, la gestión de Bukele ha sido cuestionado por su escalada autoritaria. Si bien ha logrado rebajar los niveles de violencia en El Salvador de manera extraordinaria con su guerra contra las pandillas, su métodos han sido denunciados por defensores de derechos humanos y periodistas independientes, que han desvelado los vínculos del presidente con las pandillas, que le habrían permitido lograr el poder. Estas denuncias han sido contestadas por el Gobierno con la detención de activistas y la persecución de periodistas y de las ONG, que se han visto obligados a abandonar el país.Elogiado por sus métodos en la lucha contra la violencia, en 2025 Bukele se ha convertido en un socio importante para el presidente Trump, a quien ofreció su controvertida megacárcel, el Centro de Confinamiento de Terroristas (Cecot), para acoger a los inmigrantes indocumentados, principalmente venezolanos, enviados desde EE.UU ., sospechosos de pertenecer a grupos criminales.

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