La gastronomía española goza de fama mundial, pero no conviene olvidar que el buen comer no termina en los restaurantes céntricos ni en los grandes focos turísticos. También en las carreteras, en bares modestos de pueblos poco conocidos, se cuecen propuestas deliciosas que merecen una parada. Así sucede en la A‑7, donde en el pequeño municipio alicantino de Beniarbeig se alza un bar cuya cocina casera y menú asequible lo convierten en una joya sorpresa para los viajeros.Bar Coratge ha sido incluido en la prestigiosa Guía Repsol, que lo ha distinguido con uno de sus Soletes dentro de la categoría de establecimientos en carretera . La Guía explica así su recomendación: «A 5 kilómetros de la AP‑7, en la salida 62, llegamos a este bar de pueblo y de carretera, que lleva desde 1999 siendo parada imprescindible». Es un reconocimiento al equilibrio entre calidad, precio y entorno, un oasis poco esperado pero bienvenido en la ruta hacia la costa mediterránea.La historia del localAbrió sus puertas en 1999, impulsado por los padres de los actuales gerentes y, desde entonces, ha arraigado en la comarca gracias a su cocina sencilla, casera y sin pretensiones, ideal para quienes viajan por carretera. En 2022 Bar Coratge recibió el único Solete de Carretera de la Marina Alta, otorgado por la Guía Repsol como homenaje a quienes ofrecen experiencia gastronómica genuina con precios populares. Su evolución se ha convertido en la mezcla perfecta de pulso tradicional y buen hacer: cocina local, menú del día a precio bajo, ambiente familiar y terraza con encanto en Beniarbeig.Los platos que lo hacen imprescindibleEl verdadero emblema de Bar Coratge es su cuscús , mencionado expresamente por la Guía: «Es famoso en toda la comarca». Se prepara tres veces por semana (martes, sábado y domingo) y los comensales pueden repetir sin límite , prueba de una generosidad culinaria cada vez más rara. Junto al cuscús, el menú del día de unos 10 euros incluye el puchero tradicional servido en tres pases, arroces, fideuà, ensaladas y platos como el suquet d’anguiles. Para el postre o cierre del ágape, su cremaet es célebre entre quienes lo conocen.La carta también ofrece tapas valencianas elaboradas, arroces marineros y opciones vegetarianas, todo en un entorno informal y familiar, con terraza, barbacoa y posibilidad de comer con perros en el exterior. La Guía Repsol destaca además el valor simbólico de este tipo de establecimientos. Lugares donde no se busca sofisticación sino autenticidad y donde cada plato cuenta una historia. Elegir parar en Bar Coratge significa apostar por la gastronomía rural y descubrir sabores que rara vez se anuncian en redes sociales, pero que se recuerdan.Noticia Relacionada estandar No Paga 80 euros por comer en ‘El Bohío’, el restaurante de Pepe Rodríguez, y opina sobre sus platosMás allá de la experiencia gourmet en las grandes ciudades, Bar Coratge prueba que la buena cocina puede estar al lado de una carretera, rodeada de pueblo y de vida cotidiana. Ese menú económico, esa atención cercana, esa reputación ganada a pulso desde 1999, lo convierten en una parada imprescindible para quienes viajan por la A‑7 en dirección a Dénia o la costa de Alicante.
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