Caetano tenía cuatro años y ya iba canturreando por la casa de los Veloso cuando Maria llegó al mundo en el verano de 1946. A ella le encantaba escucharle y enseguida siguió sus pasos, de manera que el hermano mayor no fue sólo el debido referente fraternal, sino también el guía que la llevó de la mano por los senderos de la música. «Creció oyéndome cantar y, aunque no recuerde el momento exacto, la primera vez que cantamos juntos debió ser cuando ella era aún una niña muy pequeña. Lo que sí es seguro es que fue en la adolescencia cuando dimos nuestro primer recital ante el público, en la inauguración del teatro Vila Velha de Salvador de Bahía», recuerda el autor de ‘Capullito de Alelí’, en referencia al concierto de 1964 en el que ella se presentó en sociedad compartiendo escenario con él y con un elenco de lujo formado por Gal Costa, Gilberto Gil , Tom Zé y Nara Leão. Los hermanos estaban predestinados a compartir muchas otras experiencias. Dos años más tarde él dirigió ‘Pois É’, un espectáculo en el que ella actuaba junto a Gilberto Gil y Vinicius de Moraes y, tras exiliarse en Europa durante los años más duros de la dictadura brasileña, Caetano volvió a Brasil en 1972 para producir el quinto álbum de Maria, ‘Drama’.Cuatro años después compartieron grupo en el proyecto Doces Bárbaros junto a Gilberto Gil y Gal Costa, y fue en 1978 cuando los Veloso decidieron irse de gira solos y dejar registro de su alianza con el disco en directo ‘Maria Bethânia e Caetano Veloso-Ao Vivo’, una joya de la música brasileña grabada en la sala Canecão de Río De Janeiro. Ahora, casi medio siglo después, han revivido la experiencia con una suerte de secuela con título acortado, ‘Caetano & Bethânia Ao Vivo’, que recoge algunos de los mejores momentos de los conciertos multitudinarios que dieron por todo Brasil el verano pasado. «La diferencia es que en la gira de 1978 nunca actuamos en grandes estadios, eran sólo teatros y salas de espectáculos, lugares pequeños si los comparamos con los grandes pabellones a los que nos enfrentamos en esta ocasión», apunta Caetano. Catorce músicos«Fue Bethânia quien sugirió que lo hiciéramos de nuevo a lo grande, pero sin la idea de grabarlo. Por supuesto, fueron nuestros productores quienes pensaron en grabarlo todo para hacer un álbum, mi hermana y yo ni siquiera hablamos de eso cuando empezamos a ensayar», añadeAsí pues, fue ella quien empujó para que se produjera este ‘revival’ en el que se acompañan de una orquesta de catorce músicos para dar nueva vida a temas de su disco predecesor como ‘Alegria, alegria’, ‘O leãozinho’ o ‘Tudo de novo’, más otras treinta canciones entre las que se encuentran himnos como ‘Você é linda’, ‘Gita’ o ‘Tropicália’. «Ella eligió la mayoría de las canciones a interpretar y las puso en orden. La única parte del concierto que lleva canciones elegidas por mí es la que yo canto solo, es decir, cuando Bethânia se iba al backstage y yo me quedaba con la banda y los coros», explica Caetano, que asiente cuando observamos que parece haber un eje temático en el repertorio: la fe, con canciones como ‘Milagres do povo’, ‘Dedicatória’, ‘Filhos de Gandhi’, ‘Deus cuida de mim’ o la misma ‘Fe’. «Sí, es que crecimos en una familia católica», señala el artista. «La iglesia de Nuestra Señora de la Purificación de Santo Amaro, nuestra ciudad natal, es muy bonita. Y además, cuando crecimos, Bethânia se sintió muy atraída por las religiones de origen africano. Yo tenía un interés cultural por ellas, no religioso. Pero Mãe Menininha do Gantois, la Santa Madre de uno de los «terreiros» más famosos de Bahía (a quien rinden tributo en ‘Dedicatoria’), dijo que mi hermana sólo podría entrar en ese mundo si lo hacía conmigo. Decía que éramos parte de un mismo ser, así que yo también estoy vinculado al candomblé». Caetano afirma rotundo que no es una persona religiosa, de hecho cree que «el mundo está hoy más loco que nunca y la religión forma parte de las causas». Pero su hermana sí lo es, y por eso compuso desde el principio muchas canciones religiosas para que ella las grabara. «Cuando hicimos la gira canté todas las que ella eligió, y me siguen encantando», dice acerca de un repertorio que también incluye ‘Baby’, homenaje a la recientemente fallecida Gal Costa. Un tema inédito«Me puse muy triste cuando supe que había muerto. Recuerdo que la conocí en Bahía, cuando era una adolescente. Cantaba canciones de bossa nova que le fascinaban, como a mí, y tocaba modestamente la guitarra. Su expresión vocal me impresionó mucho, y su voz me sigue pareciendo la más bonita de nuestra generación. Por eso mi hermana y yo le hacemos una mención reverencial en nuestros espectáculos, con grandes pantallas que muestran fotos suyas».’Caetano & Bethânia Ao Vivo’ incluye también ‘Um Baiana’, un tema inédito compuesto por él a ritmo de samba-reggae, que reivindica la no violencia como herramienta transformadora en un momento histórico de incertidumbre desbocada. «Ahora yo estoy actuando en grandes festivales por todo Brasil y mucha gente joven la canta conmigo, lo cual es esperanzador. Ahora mismo hay situaciones muy dolorosas en todo el mundo, tantas que incluso es difícil pensar en ello. Brasil es muy complicado a su manera, también. Yo sólo canto para que las personas que vienen a verme se sientan mejor. Pero estamos pasando por una gran transición, en todos los ámbitos. Puede ser un gran cambio, enorme, y esas cosas pueden ser dolorosas y largas. Y no sabemos hacia dónde va. Brasil, un inmenso país de habla portuguesa en Sudamérica, profundamente africanizado en sus acentos y colores de piel, debería albergar el sueño de hacer que ese cambio sea hacia un mundo mejor».

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