Venecia se encuentra en una encrucijada existencial. Su belleza, que ha fascinado a los visitantes durante siglos, se ha convertido en una espada de doble filo. La ciudad de los canales, que en el pasado vibraba con el pulso de sus habitantes, ahora late al ritmo frenético de un turismo de masas que no siempre le beneficia. Cada mañana, oleadas de turistas desembarcan desde autocares, trenes y cruceros para recorrer en pocas horas la que fue capital de la República de Venecia, puente entre Oriente y Occidente. Y cada tarde, esas mismas multitudes se esfuman dejando tras de sí la sensación de un paso efímero, que poco ha aportado y que a menudo deja un rastro de suciedad, según muchos residentes.El debate sobre el exceso de turismo ha escalado a un nuevo nivel con una propuesta audaz y controvertida: cobrar una sobretasa a los excursionistas de un solo día. La chispa que encendió la polémica fue lanzada en una entrevista al ‘Corriere della Sera’ por el presidente de la asociación de comerciantes de la Plaza de San Marcos, Setrak Tokatzian , un veterano joyero que describe «una crisis de mercado sin precedentes» en Venecia. «Estamos en estado de calamidad . Los turistas ya no compran nada. Les haría pagar 100 euros por persona «, dijo sin rodeos Setrak Tokatzian. Noticias relacionadas estandar Si La Venecia después de Bezos: continúa en la búsqueda de su identidad Ángel Gómez Fuentes estandar No Carnaval Venecia 2025 Hordas de turistas acaban con el espíritu del Carnaval de Venecia Ana I. Martínez Sus palabras han encendido una polémica que va más allá de las fronteras de la laguna. Tokatzian describe con precisión casi fotográfica la rutina diaria que observa desde el escaparate de su histórica joyería: «Veo ríos de gente que llegan sin un objetivo claro. Se mueven guiados por operadores turísticos, suben a góndolas , toman taxis acuáticos, corren de un lado a otro… pero nadie compra nada . Me da pena decirlo, pero este turismo es horrible «. El empresario, que representa a algunos de los comercios más exclusivos en la Plaza de San Marcos –llamada ‘el salón más bello del mundo’ por Napoleón Bonaparte– asegura que hasta el lujo está en crisis: «Ya no se ve gente paseando con bolsas de tiendas de marca como antes. He visto familias compartir un plato de pasta o hacer cola en las fuentes para rellenar botellas porque no quieren gastar ni en agua. ¿Dónde está la gente que aporta algo a la ciudad?».Turistas paseando en góndola por Venecia AfpSegún Tokatzian, esta oleada de visitantes «de bajo presupuesto» se hospeda en su mayoría en campings en tierra firme y llega en autobuses, llenando las estrechas calles de Venecia por la mañana para marcharse por la tarde sin gastar un solo euro en el comercio local. La propuesta de una maxitasa de 100 euros para los turistas de un día, aunque radical, es vista por Tokatzian como una solución drástica a una situación desesperada. Su objetivo no es ahuyentar a todos los visitantes, sino «poner una barrera» al turismo exprés, un tipo de turista que, en su opinión, no muestra interés por la cultura y no contribuye a la economía local. El joyero Tokatzian reserva su indignación más amarga para el comercio ilegal que opera en la plaza. «Nosotros, en regla con la normativa, no vendemos nada, y los ambulantes hacen cientos de euros al día vendiendo en negro. Venden grano para las palomas, rosas… y, mientras tanto, los turistas se hacen selfis alimentando palomas. Cuando vino el presidente, Sergio Mattarella, no había ni uno. Eso significa que, si se quiere, se puede alejar a los vendedores ilegales».Las declaraciones de Tokatzian han generado un intenso debate y no todos en Venecia están de acuerdo con su visión. Roberto Panciera , presidente de Confcommercio Venezia, otra asociación empresarial, se ha mostrado en desacuerdo, defendiendo que no se debe demonizar a los turistas con un presupuesto ajustado. Panciera atribuye la crisis económica a factores más amplios, como la inflación y las tensiones geopolíticas, y señala que el comercio local también se ve afectado por las compras en internet. «Los turistas a menudo fotografían lo que ven en un escaparate y luego buscan productos similares y menos caros en internet», explicó. Incluso dentro de la propia asociación de la Plaza de San Marcos, la propuesta de los 100 euros ha causado revuelo. Claudio Vernier , expresidente de la entidad, se desmarcó de las declaraciones de su sucesor, afirmando que no representan los valores de la asociación y expresa su preocupación por la imagen que se proyecta. Otros críticos, como Bruno Barel , administrador de la Basílica de San Marcos, argumentan que «la belleza es universal» y que la ciudad debe ser accesible para todos, sin importar su condición económica. « La ciudad es democrática y su comunidad siempre ha sido interclasista«, dijo Barel. Bajo su gestión, la entrada a la basílica cuesta 10 euros e incluye el acceso a otras 40 iglesias. Desde entonces, las colas kilométricas han desaparecido. »Eso libera tiempo para que el visitante descubra la ciudad… y tal vez compre algo«, sostiene Barel.Un crucero llegando a la ciudad de los canales ABCEn un momento de máxima tensión en el debate, las autoridades municipales han hecho balance de una de las medidas más controvertidas de los últimos años: la tasa de acceso a la ciudad. La noticia, publicada en ‘Il Gazzettino’, coincide con el fin de la fase experimental de este año. Según los datos anunciados por Michele Zuin, concejal de presupuesto del Ayuntamiento de Venecia, la tasa de acceso – entre 5 y 10 euros , para los turistas de un solo día–, que se aplicó durante 54 días seleccionados entre abril y julio, ha sido pagada por 720.000 turistas, generando una recaudación de 5,4 millones de euros . «Los resultados confirman lo positivo de la elección hecha por la Administración», afirmó Zuin, calificando la iniciativa como «un experimento que funciona». El objetivo, según las autoridades, no es la recaudación, sino regular el flujo de visitantes. Los fondos, afirma Zuin, se destinarán a proyectos que beneficien a los residentes, desde mejoras en el transporte local hasta el mantenimiento de la reducción del impuesto de basuras. Este año se han ampliado los días con tarifa, se han reforzado los controles –445.000 verificaciones de códigos QR– y se han tramitado 2.500 sanciones. La tasa exime a estudiantes y residentes en el Véneto, lo que, según Zuin, ha aligerado tensiones. El concejal de Turismo, Simone Venturini , recuerda que la ley no permite superar los 10 euros, aunque no descarta un sistema modulable: «Se podría subir a 15 o 20 euros cuando se superen ciertos umbrales de afluencia».El trasfondo del debate es más profundo. La población residente ha caído de 170.000 personas en los años cincuenta a menos de 50.000 . Para muchos, la ciudad corre el riesgo de convertirse en un parque temático para visitantes, como advirtieron las protestas por la boda millonaria de Jeff Bezos . El Ayuntamiento ha introducido medidas como limitar los grupos turísticos a 25 personas o prohibir altavoces, pero en la plaza de San Marcos la sensación sigue siendo la de una avalancha difícil de contener. El joyero Tokatzian no suaviza el mensaje: «Si no hay clientes que valoren la ciudad, los negocios cerrarán. Y entonces, ¿qué quedará? Una postal sin alma , un escaparate vacío frente a una multitud que pasa sin mirar«. Mientras, las campanas de San Marcos marcan la hora, las góndolas cruzan el canal y las palomas picotean el grano que les ofrecen los visitantes.

Leave a Reply