Después de meses durmiendo en la calle junto a la oficina de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) del barrio de Amara (San Sebastián), donde fueron atendidos por los vecinos, la semana pasada cincuenta inmigrantes llegados desde Mali eran trasladados a un centro de emergencia creado en Aranzazu (Guipúzcoa). Este punto, gestionado por la Diputación Foral de Guipúzcoa y el Ayuntamiento de San Sebastián, será desmantelado el lunes que viene, pues muchas de estas personas ya han sido recolocadas en otros lugares de la península tras haberlo reclamado el Gobierno vasco, que defiende que «su sitio» es la «red de protección del Estado» y que ha estado dando un servicio que no le corresponde al no tener la competencia atribuida en la materia. La compleja situación en este país, donde en los últimos años gana poder Jama’at Nusrat al Islam wa al Muslimeen (JNIM), filial de Al Qaeda y el principal grupo terrorista que opera en el Sahel central, convirtió en 2024 a la maliense en la nacionalidad que más creció entre los solicitantes de refugio en la Unión Europea. Un incremento del 142% respecto a 2023, según el último informe de CEAR, que también afectó a España. Mali ya es el principal lugar de origen de las personas llegadas a Canarias, estableciendo una nueva ruta pasando por Mauritania e irrumpiendo como tercera nacionalidad de las personas solicitantes de asilo en 2024 (167.366, un 6% del total) por detrás de venezolanos (40%) y colombianos (24%). Muchos de ellos han terminado en los últimos meses en distintas ciudades del País Vasco como San Sebastián o Vitoria, durmiendo en situación de calle al no lograr acceder al Sistema de Acogida de Protección Internacional y Temporal, que gestiona el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Algunos y según comentan responsables de la Consejería de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico que dirige Nerea Melgosa, después de pasar tiempo en otros puntos de España, llamados por los rumores de que sería más sencillo acceder a los trámites en comisarías de la región. Noticia Relacionada estandar Si La llegada de migrantes a Baleares: treinta y tres horas de un goteo constante Carlos Mullor Las pateras no han parado de arribar a las costas de las Islas desde el pasado lunesOtros, devueltos por Francia al intentar transitar a países del norte de Europa, apoyándose en el Tratado de Dublín, que establece que la solicitud de protección internacional debe realizarse en España, el país de llegada. Esto habría colapsado los dos centros que dependen del Gobierno vasco (uno en Oñati y otro en Tolosa, con una capacidad para 135 personas) y que están fuera de la red de acogida nacional, que gestiona CEAR en el País Vasco y que cuenta con 664 plazas. Ante esta situación, tal y como adelantó el ‘Diario Vasco’ y confirmó este periódico, esta semana la consejera Nerea Melgosa se puso en contacto tanto con el Ministerio del Interior como con el de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. El primero, para solicitar una agilización en los trámites de las comisarías de San Sebastián y Vitoria, pues es imprescindible iniciar el proceso, con una cita en la Policía Nacional, para optar una plaza en la red de acogida estatal. El segundo para pedir derivaciones desde el País Vasco a otros centros en comunidades autónomas «limítrofes» donde, según plantean, el sistema de acogida está menos tensionado. «Va en la buena dirección», trasladaban ayer mismo sobre esta petición desde la Consejería de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico, que desde el pasado 1 de enero gestiona el proceso de acogida de las personas beneficiarias de protección internacional en la denominada fase de autonomía. No los procedimientos de asilo, ni tampoco los centros de acogida a refugiados y refugiadas. Así pues, tal y como ha podido conocer ABC a través de distintas fuentes, los traslados de estos grupos de inmigrantes malienses a otras comunidades autónomas, y también a plazas que queden libres dentro de la red estatal instaurada en el País Vasco, ya han comenzado tras iniciar los trámites con la Policía . Preguntados a este respecto, más allá de confirmarlo, desde la Delegación de Gobierno, no facilitan cifras ni destino: «Donde haya plazas libres».

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