Cuando un manto de ceniza blanca cubre el bosque, los expertos saben que la intensidad del incendio ha sido alta. El ecosistema tardará décadas en recuperarse. Pero el fuego es un elemento más de la naturaleza y, en los bosques mediterráneos, algunas especies han aprendido a convivir con las llamas. Semanas después del incendio llegarán las primeras señales de recuperación, aunque la madurez del bosque puede tardar entre 200 y 300 años. Es el camino al que ahora se enfrentan las más de 112.000 hectareas quemadas en la última ola de incendios en España .«El fuego es un elemento del ecosistema, es una perturbación más y tiene que estar ahí. Lo que no es asumible son determinados regímenes del fuego con muchísima intensidad que pueden hacer imposible la regeneración natural de determinadas especies», explica Javier Madrigal, científico titular del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA-CSIC) en el laboratorio de incendios forestales.No existe una sola solución para la gestión de los bosques tras las llamas. Cada terreno, cada especie afectada y cada incendio es diferente. Si la zona ha ardido recientemente, el peligro de perder especies es alto. Y cuanto más severo haya sido el fuego, más le cuesta a la naturaleza recuperarse. En estos escenarios de gran devastación la ciencia forestal intenta acelerar el proceso de recuperación.Porque en un bosque mediterráneo con pinos, como el carrasco o el resinero, y árboles del género quercus, como robles y encinas, las plantas herbáceas son las primeras en aparecer. Algunas lo harán en apenas días, incluso cuando el fuego es severo.Mientras, las piñas, que han protegido los piñones, se irán abriendo en los tres primeros meses. Los que germinen podrían llegar a los 10 cm de altura en primavera. Los robles activarán reservas guardadas en la raíz (donde los efectos del fuego habrán sido menores) y el tronco para rebrotar. En primavera, podrían tener entre 10 o 12 rebrotes de entre 50 o 60 cm. En cuestión de meses, el terreno mostrará vida. Pero durante el primer lustro el bosque seguirá en recuperación. El humus y el suelo no estarán restablecidos. Especies de las que antes se sacaba provecho, como los boletus y los níscalos, no prosperarán hasta que pasen cinco o seis años.Para tener un ‘bosque joven’ se necesitan diez o quince años, y la explotación de la madera con cierto valor comercial podrá comenzar a los 20, el tiempo en el que el bosque empieza a poder enfrentarse de nuevo al fuego.

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