El nuevo perfil de incendiarios: jóvenes que queman el monte por diversión

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El nuevo perfil de incendiarios: jóvenes que queman el monte por diversión

En septiembre de 2022, la Guardia Civil detuvo a tres jóvenes, de entre 19 y 29 años , por varios incendios que el año anterior habían calcinado miles de hectáreas en A Pobra de Trives (Orense). El menor de ellos era brigadista . Cuando, en sede judicial, la fiscal les preguntó por qué lo habían hecho, no tuvieron reparos en admitir que sólo querían divertirse. No fue una anécdota. La Fiscalía de Medio Ambiente está convencida de que un nuevo perfil de incendiarios está asomando en Galicia: jóvenes, muchos de ellos mujeres, que no queman el monte por intereses económicos, sino por simple maldad.Habrá que ver, con el transcurso de las investigaciones, a qué perfil de incendiarios se ajustan los responsables de los principales incendios que este verano azotan Orense. Porque el prototipo tradicional, el de un varón, de mediana de edad, vecino de la zona, con un nivel cultural medio-bajo, sin antecedentes penales y variopintas razones para quemar el monte, sigue vigente. «Pero las cosas han cambiado. Ahora, además de ese perfil, que sigue ahí, también se ve a gente mucho más joven, incluso mujeres» , asegura a ABC la orensana Carmen Eiró, fiscal delegada en Galicia de Medio Ambiente.La fiscal delegada de Medio Ambiente en Gaiicia, Carmen Eiró, en una imagen de archivo Miguel MuñizPor ahora, sin embargo, el único detenido por los fuegos que devastan Orense es el supuesto responsable del incendio que en Oímbra ha arrasado más de 11.000 hectáreas: un hombre de 46 años al que se le imputan un delito de imprudencia grave y tres más de lesiones graves, porque tres brigadistas resultaron heridos durante la extinción. Estaba trabajando con su tractor pese al riesgo extremo de incendio que había.Las negligencias y los accidentes, sin embargo, no pasan de originar, sumadas unas y otras, el 20% de los incendios que se registran anualmente en Galicia. Y es que más de la mitad de los fuegos que asolaron los montes gallegos en la última década fueron intencionados . En concreto, según los datos de la Unidad de Investigación de Incendios Forestales (UIFO), que depende de la Xunta, en 2024 el 64% de los incendios en Galicia fueron prendidos adrede. Y apenas el 2% tuvieron su origen en causas naturales . Punto arriba, punto abajo, esa tónica se mantiene sistemáticamente en cada balance anual, independientemente de si son veranos con más o con menos incendios.Las investigaciones de los principales focos del verano en Orense aún están dando los primeros pasos. Con el monte todavía en llamas, los agentes no han podido lanzarse todavía a escudriñar ‘in situ’ las zonas de origen de los fuegos . Pero por sus características, tanto la Fiscalía de Medio Ambiente como la UIFO dan por hecho que casi todos fueron incendios intencionados.«Son incendios en zonas de muy difícil acceso, que se prenden de noche cuando las avionetas no pueden volar. Eso lo hace alguien que conoce el monte, alguien que sabe que, si prende, el fuego va a ser descomunal», explica la fiscal delegada de Medio Ambiente en Galicia. Aurelio Mosteiro, coordinador de la UIFO, está de acuerdo: «Los provocan estos días en condiciones extremas. Son personas muy conocedoras del terreno, que se desplazan con sigilo, a pie , a zonas de muy difícil acceso».Aurelio Mosteiro, coordinador de la UIFO XuntaMás de la mitad de los incendios en Galicia, por tanto, son intencionados. En la provincia de Orense, además, ese porcentaje suele ser ligeramente mayor que la media gallega. En 2024, llegó al 72% . Y aunque con la prevención de unas investigaciones que todavía están comenzando, todo apunta a que la mayoría de los grandes fuegos de Orense de este año también fueron prendidos adrede. Y es entonces cuando surge la gran pregunta: ¿por qué hay gente que incendia los montes? ¿Por qué lo hacen?No hay, ni ha habido nunca en Galicia, al menos que la Fiscalía haya podido acreditar, una trama organizada para abrasar los montes , aunque cada cierto tiempo voces políticas sacan del cajón el concepto de «terrorismo incendiario», como hizo hace unos días el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que ya había usado expresiones similares en otras ocasiones como presidente de la Xunta. Tampoco hay pirómanos, es decir, personas con patologías que les aboquen a provocar incendios. «Desde 2005, en Orense sólo he visto uno», explica Carmen Eiró, que desde hace 20 años es la delegada de la Fiscalía de Medio Ambiente en esa provincia. «Y me atrevería a decir, aunque con precaución, porque no tengo todos los datos, que en el resto de Galicia tampoco ha habido más», dice Eiró, quien sucedió a Álvaro García Ortiz como coordinadora autonómica de la Fiscalía de Medio Ambiente cuando, en 2020, el ahora fiscal general del Estado, se trasladó a Madrid. Detrás de los incendios es habitual que haya intereses . Pero no por grandes cuestiones económicas o urbanísticas. Son más mundanos. No son tramas organizadas, sino actuaciones solitarias con nocturnidad, alevosía, un puñado de mecheros y un bidón de gasolina. Y siempre protagonizadas por paisanos que conocen bien la zona donde actúan. Son de allí.Las motivaciones pueden ser de lo más diversas, explica Aurelio Mosteiro a ABC. A veces son ganaderos que piensan que así pueden ahuyentar a los lobos o jabalíes. Otras veces, son disputas vecinales por el uso de pastos. Incluso por simples venganzas. Pero tanto el coordinador de la UIFO como la fiscal de Medio Ambiente destierran el mito de los intereses madereros, urbanísticos o económicos de cierta envergadura.Noticias relacionadas estandar No El fuego, sin tregua: «anómalo» y con pronóstico desfavorable en Castilla y León, Extremadura y Galicia Adrián García Durán estandar No Rueda afirma que los servicios de extinción apagaron 29 de los 39 nuevos focos detectados durante el viernes Luis García LópezEn definitiva, ni tramas organizadas, ni pirómanos, patológicamente hablando. Sólo acciones individuales por motivaciones que, desde fuera, pueden parecer muy peregrinas. O lo que es peor: prender el monte únicamente por puro vandalismo. Por llamar la atención o por maldad.La investigación lo determinará, pero, con las cartas que ahora hay sobre la mesa, la fiscal de Medio Ambiente plantea, aunque con prudencia, la hipótesis de que la mayor parte de los grandes fuegos que calcinan el Macizo Central orensano no sólo podrían haber sido ser intencionados, sino prendidos por mero vandalismo.«Por la ubicación del fuego, no veo otra motivación» , dice la fiscal, en concreto, sobre el incendio de Chandrexa de Queixa, que, con más de 17.500 hectáreas afectadas, ya es el mayor de la historia de Galicia desde que hay registros. «Allí no puedes llevar a pastar al ganado, no es una zona de pastoreo. Más allá del simple hecho de prender fuego para hacer daño, por vandalismo y para mal, no veo otra razón », concluye la fiscal de Medio Ambiente, con la precaución de recordar que, en todo caso, tendrá que ser la investigación la que dictamine la causa de este y de los otros grandes fuegos que sacude la provincia orensana estos días.Habrá que ver si los investigadores consiguen identificar quién está detrás de los grandes incendios del Macizo Central orensano. A negligencia apunta el mencionado de Oímbra, que arrasó más de 11.000 hectáreas. Y todo parece indicar que otro en tierras orensanas, el de Seixalbo, que devastó 100 hectáreas, tiene su origen en un accidente, «una incidencia con un tren de mercancías», explica Mosteiro a este diario.La UIFO trabajando sobre el terreno en un incendio XuntaEl resto, al menos la mayor parte, apuntan a fuegos intencionados . Y si la hipótesis inicial de la fiscal de Medio Ambiente se confirma, no sólo habrían sido prendidos adrede, sino tal vez por simple divertimento. Y, de ser así, ¿estarían protagonizados por ese perfil clásico de incendiario veterano solitario, o por ese nuevo prototipo de joven que lo único que busca es una forma macabra de divertirse y llamar la atención?Sólo las pesquisas, de la UIFO, del Seprona de la Guardia Civil, de la Policía Nacional o de la Autonómica, que son los competentes, podrán acabar de perfilar la autoría de estos incendios. Pero es verdad que echando la vista atrás a las últimas detenciones en Galicia, no sólo de este verano, sino de los años inmediatamente anteriores, muchos se escapan ya del prototipo de varón de 30 a 70 que prende fuego por alguno de esos intereses particulares antes mencionados.Cambio de perfil«Desde 2022 o 2023, empezó a cambiar ese perfil» , dice la fiscal. Varios detenidos este verano se acercan más al prototipo de los tres jóvenes de Trives aludidos al principio de este reportaje que al perfil tradicional de incendiario veterano. La semana pasada, la Policía detuvo a uno de 28 años por intentar prender fuego en el monte de Canibelos, Orense. Le relacionan, además, con otros fuegos de la comarca. Y la Guardia Civil investiga a una mujer de 34 años por dos incendios en Laxe (La Coruña) . Otros detenidos, en cambio, están más cerca del prototipo de incendiario veterano. El perfil cada vez es más variado.«Ahora hay que dejar trabajar a los investigadores», destaca Eiró, en referencia, sobre todo, a los incendios de Orense. Cuando puedan adentrarse en la zona, deberán localizar el punto de inicio del fuego, eso es «clave» , explica el coordinador de la UIFO. Luego, si confirman la intencionalidad y hallan vestigios, «como mecheros o material acelerante», hay que indagar cómo se accedió al monte. Son los primeros pasos para identificar a los delincuentes que ponen en jaque la vida de personas, de viviendas y de la fauna y flora gallegas. Y encima, a veces, sólo por diversión.

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