Trump ofrece garantías de seguridad a Ucrania si Zelenski acepta un acuerdo territorial con Rusia

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Trump ofrece garantías de seguridad a Ucrania si Zelenski acepta un acuerdo territorial con Rusia

Al término de una jornada maratoniana, que transformó la Casa Blanca en el epicentro de la diplomacia mundial, Donald Trump anunció este lunes que ha logrado un acuerdo preliminar para que Vladímir Putin y Volodímir Zelenski se sienten cara a cara en busca de una salida a la guerra. Fue el desenlace de una cumbre insólita, prolongada hasta casi entrada la noche, en la que el presidente estadounidense y los siete líderes europeos permanecieron a solas en el Despacho Oval, sin asesores, en conversaciones que marcaron un antes y un después.Trump, consciente de la magnitud del momento, presentó el resultado como un giro histórico: «He llamado al presidente Putin y hemos iniciado los arreglos para un encuentro, en un lugar aún por determinar, entre el presidente Putin y el presidente Zelenski», dijo en un mensaje en redes sociales. «Después de esa cita bilateral, celebraremos una reunión trilateral: seremos los dos presidentes, más yo. Ha sido un muy buen primer paso».Noticia Relacionada estandar Si Baile de gestos y contención en la Casa Blanca para mantener los puentes Javier Ansorena Trump y Zelenski, arropado por los líderes europeos y el jefe de la OTAN, pasan página de la bronca de febreroSobre la mesa, mapas con la división de Ucrania. Putin se sale con la suya, está al borde de anexionarse las zonas invadidas. Pero, a cambio, Trump ofrece protección de Estados Unidos a los ucranianos una vez se firme la paz, incluso soldados, ayuda, «mucha ayuda», como dijo en el Despacho Oval. En lo que empezó como un maratón de negociaciones, terminó convirtiéndose en el anuncio de un posible hito: el inicio de un camino directo hacia la paz, con Trump, como le gusta, en el centro de la escena, rodeado de aliados europeos y en contacto permanente con Moscú.En un momento en que los micrófonos traicioneros que debían estar apagados se encendieron, Trump fue captado diciéndole al francés Emmanuel Macron: «Creo que va a firmar un acuerdo, por mí. Parece increíble, ya ves».El anuncio llegó tras una de las sesiones diplomáticas más prolongadas de los últimos años en la Casa Blanca. Desde primeras horas de la mañana, Trump recibió a Zelenski acompañado de los principales líderes europeos —Macron, Keir Starmer, Giorgia Meloni, Olaf Scholz, Alexander Stubb, además de Ursula von der Leyen y Mark Rutte— para coordinar posturas y explorar fórmulas que permitan desbloquear la situación.Lo que estaba previsto como una reunión a varias bandas con asesores y equipos de trabajo terminó convirtiéndose en una conversación a puerta cerrada entre los ocho mandatarios y Trump, que se prolongó en el Despacho Oval. Según fuentes diplomáticas, se trató de un gesto deliberado: apartar a los equipos técnicos para hablar con mayor franqueza, sin la presión de borradores ni líneas rojas. Antes, hubo una bilateral con Zelenski que marcó un cambio sustancial en la dinámica entre ambos presidentes.Cambio de tono entre Trump y ZelenskiEl clima contrastó de forma notable con la visita de febrero, cuando Zelenski fue recibido con frialdad y reproches. En esta ocasión, el presidente ucraniano apareció con chaqueta y camisa negra, sin corbata, un gesto interpretado como un intento de suavizar las críticas que recibió en su encuentro anterior por acudir con indumentaria militar. Trump lo celebró con un cumplido público: «Te ves fantástico». Incluso Brian Glenn, el periodista que lo había ridiculizado en febrero, pidió disculpas y lo elogió: «Se ve fabuloso con ese traje». Zelenski, preparado para la réplica, bromeó: «Lo recuerdo. Tú sigues con el mismo traje. Yo cambié el mío».Ese cambio de tono marcó la dinámica del día. En público y en privado, Zelenski multiplicó las muestras de agradecimiento. Este diario contó hasta 14 ocasiones en las que pronunció la palabra «gracias» durante sus intervenciones, una deferencia que en febrero había brillado por su ausencia y que entonces le valió críticas directas del vicepresidente J.D. Vance, quien en esta ocasión se mantuvo en silencio, observando en segundo plano.Detrás de las bromas y los gestos simbólicos se encontraba la cuestión de fondo. Trump presentó a sus socios europeos y a Zelenski una propuesta que supone un giro en la política estadounidense: las garantías de seguridad para Ucrania a cambio de aceptar un acuerdo territorial con Rusia que incluya la cesión de Crimea y Donbás. «Habrá mucha ayuda en materia de seguridad», prometió Trump, sin descartar incluso que tropas estadounidenses pudieran desempeñar un papel en un eventual pacto.Demandas para el fin de la guerra «Primero, un ejército ucraniano fuerte —armas, soldados, entrenamiento, inteligencia—. Segundo, trabajaremos con nuestros socios. Depende de los grandes países, de Estados Unidos y de todos nuestros amigos». Volodímir Zelenski Presidente de UcraniaZelenski, por su parte, insistió en sus demandas de máximos: «Primero, un ejército ucraniano fuerte —armas, soldados, entrenamiento, inteligencia—. Segundo, trabajaremos con nuestros socios. Depende de los grandes países, de Estados Unidos y de todos nuestros amigos». Preguntado sobre qué garantías buscaba, respondió con una sola palabra: «Todo».El planteamiento deja a Ucrania ante una disyuntiva crítica: renunciar a parte de su territorio para obtener seguridad y protección internacional, o mantener su reclamación íntegra y arriesgarse a que la guerra se prolongue indefinidamente.Llamada con el KremlinUno de los momentos más llamativos de la jornada se produjo cuando Trump abandonó brevemente el Despacho Oval para mantener una conversación telefónica con Putin. «El presidente trabaja incansablemente por la paz y está en en comunicación constante con ambas partes», reconoció después un portavoz de la Casa Blanca. El propio Trump ya había adelantado que pensaba llamar al líder ruso tras sus reuniones, pero hacerlo en paralelo a la cumbre reflejó la intensidad de las gestiones.«Putin espera mi llamada», declaró antes Trump. «Si no tenemos una reunión trilateral, la guerra continuará. Pero estoy convencido de que podemos avanzar».Los líderes europeos , conscientes de la sensibilidad del momento, se alinearon con Trump en público y lo colmaron de elogios, reforzando su papel como mediador. El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, fue explícito: «Quiero agradecerle, presidente de Estados Unidos, querido Donald, por haber roto el bloqueo con el presidente Putin iniciando este diálogo».El presidente finlandés, Alexander Stubb, añadió: «En las últimas dos semanas hemos avanzado más hacia el fin de la guerra que en tres años y medio». La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, habló de «un nuevo comienzo» y el británico Keir Starmer señaló que «nadie había logrado traerlo hasta aquí, y por eso le agradezco».El canciller alemán Friedrich Merz subrayó que «el camino está abierto, usted lo abrió el viernes y ahora podemos iniciar negociaciones complicadas». Emmanuel Macron, presidente francés, agradeció a Trump su «compromiso» y defendió la importancia de un encuentro trilateral como «la única vía para resolverlo». Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, lo coronó: «Estamos aquí para trabajar con usted en una paz duradera para Ucrania. Detener la matanza. Es realmente histórico».«Esto es solo el comienzo»La puesta en escena —ocho líderes reunidos durante horas en la residencia de la Casa Blanca y en el Despacho Oval— buscaba transmitir confianza y la sensación de que el proceso avanza. Pero también refleja lo delicado del momento. Según testigos, en un pasaje de la conversación Zelenski interrumpió a Trump, lo que provocó un instante de tensión en la sala. «Todos contuvieron la respiración, como si fuera a estallar», relató después un diplomático europeo. No ocurrió. El encuentro siguió adelante y cerró con la imagen de unidad buscada.La realidad, sin embargo, es que las conversaciones apenas comienzan. La posibilidad de que Ucrania ceda territorio sigue siendo la condición central de Putin, y la línea roja más difícil de traspasar para Zelenski. Trump, por su parte, está decidido a presentarse como el artífice de un avance que hasta ahora parecía imposible.«Esto es solo el comienzo», aseguró al término de la jornada. «No es el final del camino. Pero creo que estamos más cerca que nunca de ver cómo termina esta guerra». Incluso deslizó un plazo: dijo que podría haber novedades en una cumbre «en una o dos semanas».El día concluyó con una fotografía inédita: Trump rodeado de los principales líderes europeos y Zelenski, todos reunidos a solas en el Despacho Oval. El ambiente distendido, las bromas y los elogios contrastaban con la gravedad de lo discutido: la seguridad de Ucrania, la arquitectura europea y la posibilidad de un acuerdo hasta ahora impensable con Moscú. La sensación en Washington al cierre de la jornada era que se había dado un paso aunque sea precario hacia la paz.

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