Esta es una de esas historias tan gloriosas como miserables, una narración de auge y caída que bien podría resultar típica, pero que en ningún caso lo es. Es la vida de Nacho Vidal , un muchacho que escapó de la pobreza gracias a un don sobrenatural hasta convertirse en leyenda del porno para después dibujar un descenso a los abismos que todavía dura sin que se atisbe un final. Pasen y vean.El nombre de Ignacio Jordá González nada le dice a nadie. Otra cosa es que se pronuncie el nombre de Nacho Vidal . Muchas de las personas pertenecientes a la generación X seguramente mirarán para otro lado y se pondrán progresivamente coloradas tras pronunciar aquello de «el caso es que me suena». Porque claro que conocen quién es: una histórica figura del porno.Noticias Relacionadas Un ritual con sapo bufo Nacho Vidal se enfrenta a siete años de prisión por homicidio impruente David Maroto Terry Hayes: «La gran contribución de internet es llevar el porno a los hogares» Lucía CabanelasNacido el 30 de diciembre de 1973 en Mataró, Barcelona, de pequeño solo conoció la marginalidad. Su familia se mudó a Enguera, en Valencia, con la crisis del petróleo de 1973 . Y aquello se lo llevó todo: el trabajo, el dinero, las aspiraciones y los sueños. En este miserable contexto nació el pequeño Nacho, quien desde sus primeros años no conoció más que la necesidad. Sería uno más de los muchachos de la calle crecidos en los extrarradios de una ciudad empobrecida. Un lugar que cumplía uno por uno los estereotipos que todavía hoy continúan vigentes: deficiente formación académica y personal, necesidad de evasión, vagabundeo, drogas y conflictos. Esto es lo que conoció Nacho Vidal durante su juventud. Estuvo prófugo del ejército por un año hasta que se alistó en la Legión de Melilla. Aquí fue donde se convirtió en el legionario Vidal .El comienzo de su carreraYa de vuelta, más de lo mismo. Hasta que escuchó hablar de la sala Bagdad de Barcelona. A la puerta llamaron Nacho Vidal y su novia de entonces, Sara Bernat, prostituta. Por entonces ya se sabía los nombres de los actores porno más cotizados y había comprobado que no le tenía nada que envidiar a nadie . ¿Por qué? Por 25 centímetros de razones. Y también por un carisma especial para el género, por esa imagen que transmitía de ‘macho cañí’ tan apreciada por un tipo de público.«Poseía seguridad, muchas ganas, era guapo, unos ojos preciosos y una voluntad loca de triunfar », recuerda en el biopic ‘Nacho’ la peculiar Juani de Lucía, que sigue al frente del Bagdad, fundado junto a su esposo –ya fallecido– allá por 1975, en plena época de destape y estrambote a la muerte de Francisco Franco.Debe imponer bastante tener a cientos de ojos puestos en una determinada anatomía del cuerpo. Ahí el actor está desnudo. Literalmente. Y allí Nacho Vidal se crecía. Le llevó un tiempo abstraerse de la atención, que su apéndice ofreciera la respuesta que esperaba el público, aislarse lo suficiente como para mostrarse en su esplendor. Pero dio con el clic mental y pronto se convirtió en un ídolo local. Había nacido para esto. «Siempre estuve segura de que lo superaría porque le gustaba que le viera el público . Les pasa a todos al principio: se bloquean. Y Nacho se convirtió pronto en un crack», narraría su descubridora.De España a HollywoodComenzaría entonces el boca a boca hasta llegar a los oídos del productor y director José María Ponce , considerado el ‘padre del cine porno ‘ en España. Le bastó un pequeño papel en una pequeña película de título ignoto para confirmar que tenía ante sí a un titán. Llegarían más películas, centenas de ellas, hasta que en 1998 llamaría a sus puertas el mismísimo Hollywood. El mítico Rocco Siffredi (dos centímetros menos que Nacho) le acogería en su séquito para conquistar en muy poco tiempo el circuito alternativo (pero increíble masivo y multimillonario) de California con sus especiales dotes.Nacho Vidal lo tenía todo. Cobraba 4.500 euros por sesión de trabajo, las mujeres –principalmente las actrices porno- caían rendidas a sus pies, los machos soñaban con ser como él, lanzaba billetes de 100 dólares a los jacuzzis, vestía los mejores trajes, calzaba los mejores zapatos y vivía en las mejores mansiones. T ambién le llegaba la mejor droga y también le abrazaban los mayores parásitos.Hollywood le convirtió en leyenda en vida para protagonizar más de 700 películas y dirigir 150. Sin embargo, ocurrió lo que tan épicamente cuenta la película ‘Boogie Nights’ . El porno dejó de ser consumido en cines y vídeo –más tarde DVDs- para pasar a internet. Se redujeron costes y ganancias. Cualquiera podía rodar y colgarlo en la red. Y todo se hizo más cochambroso, más sórdido, más miserable, más indigno. El dinero de Nacho Vidal comenzó a desaparecer, gran parte de él a través de sus adicciones.Decadencia y caídaComenzaba la decadencia. Habría un pequeño intento de convertirse en ‘actor serio’ que no fructificaría. E inevitablemente llegarían los conflictos con la ley. El 16 de octubre de 2012 fue detenido en una operación contra las mafias asiáticas en España sospechoso de haber blanqueado dinero a través de su productora. Comenzaba a necesitar liquidez urgentemente y era visible que le costaba mantener la calma. En 2015 participaría en ‘ Supervivientes ‘, habitual foco de famosos venidos a menos y en serios problemas, y se separaría de la colombiana Silvia Romero, aka Franceska Jaimes, compañera de profesión. En 2019, y ya en una peligrosa deriva, anunciaría su retirada del porno con la intención de prepararse para el Dakar . Tampoco funcionaría.Hasta que en junio de 2021 fue arrestado al aparecer involucrado en la muerte del fotógrafo José Luis Abad durante la práctica de un rito con veneno de sapo Bufo. Se trata de un ‘viaje’ iniciático y curativo que incluye el consumo de bufantoína fumada cristalizada, con propósitos supuestamente curativos, que produce importantes alteraciones como taquicardia, pérdida del conocimiento y, en ocasiones como esta, hasta la muerte. Tiene prohibido salir del país mientras se le investiga por homicidio imprudente. «Estoy muy tranquilo, lo que tenga que pasar, pasará. Yo iré con mi verdad y sabiendo que soy inocente. Mi mejor abogado es la inocencia », diría a ABC.Lo último es que la Guardia Civil acaba de abrir una investigación contra él por presuntamente conducir drogado por la autovía A-7 a la altura de Picassent, Valencia, donde vive y a unos kilómetros del lugar donde creció de niño. Allí, el miércoles de madrugada, sufrió un ruidoso accidente. Nacho Vidal se negó a someterse a las pruebas de alcohol y estupefacientes. Le llevaron a un hospital de Valencia y le hicieron las pruebas pertinentes. Dio positivo en cocaína, benzodiacepinas y marihuana. Tiene un nuevo caso en investigación.Y este es el último capítulo hasta ahora, el último punto y seguido de una historia que podría haber sido la típica de auge y caída de no contener tal cúmulo de situaciones excepcionales . En manos de Nacho Vidal está concluir tan delirante guion con una conclusión de altura. Solo quedan dos finales posibles: redención o hundimiento.
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