Un mano a mano sin triunfo y sin rúbrica

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Un mano a mano sin triunfo y sin rúbrica

Bien es cierto que con unas espadas más afiladas el resultado del festejo hubiera sido distinto y, posiblemente, los dos espadas hubieran salido en hombros. Pero el resultado del festejo de mayor reclamo del abono no fue el que todo el mundo imaginó. Tanto Manzanares como Roca Rey dejaron detalles con capote y muleta, pero insuficientes para corresponder la expectación de un público que llenó hasta el tejadillo el coso alicantino.Hubo más pasión y fervor en el tendido que en la arena, donde destacó sobre el resto una faena, por entidad y solidez, la de Roca Rey al segundo de la tarde, un jandilla que renqueó ostensiblemente de la mano izquierda, pero su bravo carácter le hizo acometer con boyantía y prontitud a las telas hasta casi hacer pasar por alto la merma. Intensidad, ajuste y mando fueron las premisas de la faena de Roca Rey. Sometimiento. Autoridad. El toro no tuvo ritmo, pero sí codicia. Siempre estuvo ahí. Como el peruano, que nunca dejó de apostar. Pero después de una estocada caída, el toro tardó en doblar, el torero se empeñó en no descabellarlo y esa demora enfrió al público. Luego brilló de verdad en un lucido quite por caleserinas al cuarto de Daniel Ruiz, que brindó a la hermana de Manzanares. Se apagó el toro pronto, se metió entre los pitones el limeño, antes de que la espada le volviera a dejar sin premio. En el sexto de Victoriano se volvió a repetir la historia, si bien el juego del animal no fue el deseado, ni tampoco las cotas artísticas del torero, que siempre dejó muestra de su compromiso. Manzanares cortó en el tercero la única oreja de la función, pero los mejores muletazos los plasmó en el que abrió plaza, toro lavadito de cara, tocadito arriba de pitones de encornadura camarguesa, que dejó expresarse al torero. En medio de una faena a derechas, hubo un par de cambios de mano de exquisito porte y una serie de molinetes abelmontados muy bien acogidos por sus paisanos. Pero en tarde de aceros romos, a Manzanares se le atragantó el estoque. Al cuarto de Jandilla lo saludó con una larga de rodillas antes de consentir y afianzar a un animal que acusó un volatín en banderillas. Paseó la oreja antes de que la espada le privara de salir en hombros en el quinto, un burraco de Victoriano con el que Manzanares tiró de pasión en una obra de más actitud que reposo. Feria de Hogueras Plaza de toros de Alicante. Sábado, 22 de junio de 2024. Tercer festejo de la Feria de Hogueras. Lleno de hay billetes. Toros de Jandilla (2º y 3º), Victoriano del Río (5º y 6º) y Daniel Ruiz (1º y 4º), de variadas hechuras, manejables en distinto grado. El segundo, de Jandilla, fue el más bravo. José María Manzanares, de corinto y oro: pinchazo y estocada (ovación); estocada trasera (oreja); pinchazo, media estocada tendida y cuatro descabellos (ovación) Roca Rey, de tabaco y oro, estocada desprendida (ovación); dos pinchazos y estocada (ovación tras aviso)

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