Llueve con mucha fuerza en el pueblo de Assen donde se entrena la selección española. Una carrera ciclista de aficionados sub 19 que transita por la zona ha comprometido la cita con Fabián Ruiz (Los Palacios, Sevilla, 28 años). El entrevistado casi llega antes que el entrevistador. El centrocampista del PSG ha sido determinante en los dos primeros duelos de la Eurocopa , un rendimiento sobresaliente que él, modesto, minimiza en favor del colectivo en esta charla con ABC. —Para los que no le conocían, en dos partidos ha desplegado una carta de presentación alucinante…—Estoy contento de que hayan salido bien las cosas tanto personal como colectivamente. Siempre lo he dicho, como hemos dicho todos, que la fuerza de este equipo es el colectivo. Yo intento darle un puntito al equipo y todo lo que tengo dentro para que podamos hacer grandes cosas esta Eurocopa.Noticias Relacionadas estandar No Selección De la Fuente: «No veo techo ni límite a esta selección» José Carlos Carabias estandar No eurocopa 2024 De la Fuente y Spalletti, calma tensa en Gelsenkirchen Rubén Cañizares—Ya sabemos que han salido tres internacionales (Gavi, Jesús Navas y usted) de su localidad. Pero explíquenos cómo es su pueblo, Los Palacios. —Es un pueblito pequeño de Sevilla en el tenemos grandes canteras de futbolistas, es algo histórico tres jugadores en la selección. Tenemos un secreto, que son los tomates. Son los mejores del mundo… Invito a todo el mundo a que los prueben porque son una maravilla.—¿En qué parque jugaba en Los Palacios?—Jugaba al lado de casa, en el parque de La Palmera y en un campo llamado Cristóbal, que ahora es el complejo deportivo Jesús Navas. Jugaba de pequeño con mi hermano que es seis años más grande que yo, pero me llevaba siempre a jugar con él y sus amigos. Aprendí mucho en el fútbol en la calle.—¿Cómo eran las reglas del fútbol en la calle? ¿Todos se pegaban por elegirlo a usted?—Al principio no me elegían porque era más pequeño. Me intentaban dejar fuera y mi hermano era el que siempre me metía en su equipo. Y la regla básica era que mandaba el que llevaba el balón. El que mandaba si perdía, muchas veces se iba. Hacíamos las porterías con piedras en el suelo, después pusieron un banco y era al mejor de tres. Íbamos cambiando de equipo y el que ganaba se quedaba, pero mandaban los mayores y el que llevaba el balón era el que amenazaba con irse cuando iba perdiendo. —¿Había balones en su casa para mandar?—En casa no estábamos bien económicamente, pero siempre nuestro regalo eran balones, para mí y mi hermano. Teníamos la suerte de compartirlo y siempre íbamos juntos. Teníamos balones, pero al principio no mandábamos y ya luego empezamos a llevar nosotros también. Ganábamos más partidos que perdíamos.—¿Puede explicar cómo era la situación económica en su casa?—Sí, no hay problema, no tengo nada que esconder. Mis padres se separaron cuando yo tenía 12 años y eso agravó un poco más la situación económica. Mi madre tuvo que sacarnos adelante sola a mis hermanos y a mí. No sé cuánto ganaba, pero no mucho. Y con una casa, tres hijos, los estudios, llevarme a mí a entrenar al Betis… No fue fácil, lo pasamos muy mal económicamente. Mi hermana pequeña y yo no nos dábamos cuenta, pero sí mi hermano mayor y mi madre, que llevaban la casa. —¿Cómo se las apañaron?—Mi madre trabajaba de lunes a domingo, limpiando. Afortunadamente tuvimos la ayuda de mi tía, que tampoco estaba muy bien económicamente, pero nos dio un gran apoyo sobre todo a mi madre. Por fortuna nos ha llegado la recompensa con el fútbol. Siempre que gano algo, se lo dedico a mi madre y siempre diré que es gracias a ella. Estoy donde estoy y soy lo que soy por ella. También por mi tía, que en los momentos más duros fue la que apostó por mí y mi familia.—¿Les ha comprado una casa o algo parecido?—A mi familia nunca le va a faltar nada. Todos tienen ahora una casa y un coche, eso es lo más importante para mí. Siempre que tenga la suerte de estar bien económicamente, no les faltará nada. Ellos son muy humildes y hasta les cuesta pedirme algo. Somos una familia humilde, llana, del pueblo. Y tampoco la parte económica es la más importante, sino la familia unida. Estar unidos nos hizo salir adelante cuando estábamos muy mal. Lo más importante es la salud y estar bien con la familia.—Tuvo la suerte de trabajar en la misma empresa que su madre, Chari Peña. Usted futbolista del Betis, ella limpiadora en las instalaciones.—Al principio me daba un poco de vergüenza porque ella limpiaba los vestuarios del Betis y yo me cambiaba allí. Era más joven y estaba en un vestuario con jugadores como Joaquín, leyendas del club, y otros. Y al principio me daba un poco vergüenza porque era muy niño. Luego pude dar la vuelta a la situación y más que vergüenza era un orgullo ver a mi madre allí todos los días en el mismo trabajo que yo. Fue un momento único y muy bonito y que siempre lo tendré en mi cabeza.—¿Su madre sigue trabajando o lo ha dejado?—Cuando me fui del Betis al Nápoles le dije que mi recompensa hacia ella por todo el esfuerzo que había hecho durante tantísimos años era quitarla de trabajar y que pudiera disfrutar un poco más de sus hijos. Estuvo trabajando toda la vida de lunes a domingo y seguramente no disfrutó de sus hijos tanto como le hubiese gustado. Tuve la suerte de poder permitirme sacarla de trabajar y tirar yo de mi familia, y sin ninguna duda lo hice. Al principio le costó, se lo pensó mucho tiempo, era su rutina, y dejarlo de golpe le costó. Luego disfrutó mucho de poder venir conmigo a Nápoles. —¿Se aprende más en la calle y en la dificultad que en las academias de fútbol?—No sé si más, se aprenden otro tipo de cosas. Hace tiempo que lo he dicho: me da pena que ya no se ve a los niños jugando en la calle. Están con el móvil o con la play sin salir de casa. Yo aprendí en la calle a estar con todo el mundo, todos los días, sin móviles, sin plays. No tenía cómo comunicarme e iba a casa de mis amigos a buscarlos para salir a jugar. Hacía lo mismo o más que ahora con tanta comunicación. Ojalá pudiéramos volver a la vida de antes, porque se aprende bastante.—¿Qué aprendió?—Se aprenden muchas cosas, sobre todo picardía, depender de ti mismo, buscarse las mañas, defender a tus amigos. Si algo de verdad te importa, como son los amigos, vas a buscarlo. En el fútbol se mejora la astucia al jugar con niños más mayores, se aprenden sus pillerías, estar más tiempo con tus amigos. Hoy nos encerramos en casa, jugamos a la play, al móvil y nuestro mundo se hace más pequeño. Deberíamos invitar a los niños a salir más a la calle, comunicarnos por la palabra es más bonito.—¿Metió 107 goles un año?—Sí, en alevines cuando tenía 12 años. Esa temporada me hinché, jugaba más arriba, era fútbol 7, destaqué mucho, sí.—Ha conocido lo esencial de la calle y hoy trabaja para el club de los millones, el PSG…—Si te soy sincero y las personas que me conocen pueden decirlo, para mí no ha cambiado nada. Sigo siendo el mismo que jugaba en ese parque, la misma persona, con los mismos amigos, la misma gente, la misma humildad, la misma cercanía. Y eso es una cosa que me gusta y que no creo que la tengamos que cambiar por el simple hecho de haber cambiado de vida o de situación económica o deportiva. Siempre he dicho que para mí lo más importante es la familia y los amigos. Y me da igual el equipo en el que esté o mi situación económica, siempre voy a ser el mismo y nunca me va a cambiar.—Parece tímido. ¿Se puede ser tímido en el fútbol?—Soy tímido, sí. Pero cuando salto al terreno de juego dejó la timidez fuera, en el fútbol es importante comunicar, hablar. Aunque soy consciente que la timidez en el fútbol no es un factor favorable.—Desde que Luis de la Fuente aseguró que si no se llamara Fabián sería más reconocido, se ha convertido usted en una especie de símbolo del producto autóctono.—Bueno, no creo que esto provenga solamente de estos dos partidos con la selección. Creo que viene de bastante tiempo atrás. Nos pasa mucho y me incluyo también a mí mismo. En España siempre miramos hacia afuera, no a lo que tenemos en nuestro país y no valoramos tanto lo que hay. Somos un país en el que no nos falta de nada, tenemos de todo, somos envidia para otros muchos países. Ahora se está hablando mucho del cambio de mi nombre, que no valoramos a los jugadores… Creo que la afición y la gente relacionada con el fútbol sí que valora a los jugadores. —¿Les molesta en la selección?—Cuando hablamos de fútbol podemos pensar y valorar un poco más lo que tenemos. En esta selección hay grandes jugadores que más quisieran tener otras. Son jugadores mundiales que están en los mejores equipos del mundo.—¿Por qué cree que nos pasa esto en España?—No solo pasa en España. Siempre miramos hacia lo que posee el de al lado o lo que no tenemos nosotros. Como vengo de una familia muy humilde, siempre hemos valorado lo que tenemos y no lo que hacía o tenía el de enfrente. Si disfrutas de lo que tienes, puedes ser una persona más feliz. —¿Qué le gusta hacer más allá del fútbol?—Me gustan las series, veo muchas, y pasear con la perra. En casa veo muchas series con mi novia, tenemos una gran afición, y también tenemos una perrita que se llama Vela. Solemos pasear mucho con ella, al lado de casa hay un bosque y nos gusta despejarnos.—¿Qué tal la vida en París?—Siempre he dicho que le falta un poco el sol de Sevilla, pero es una ciudad increíble, maravillosa, muy bonita y que ofrece todo lo que se quiera para pasear, verla, disfrutarla. Me llama la atención que tiene muchos espacios verdes. Por lo que veo cuidan mucho la naturaleza. Y a mí en ese aspecto me encanta porque somos una familia a la que nos gusta pasear.—¿Qué tiene de particular esta selección?—Es una selección joven, de largo alcance, con jugadores también veteranos pero sobre todo de mucho futuro. La media es muy joven y destacaría que posee mucha hambre, tiene ganas de ganar. Pocos jugadores hemos ganado algo, quitando la Nations League, o Navas el Mundial y la Eurocopa. Somos una selección que tiene ganas de hacer algo histórico por nuestro país y eso nos incita a ser más ambiciosos.
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