Tragaperras, tiendas y bares para lavar la plaga china de monedas falsas

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Han sido casi seis años de investigación y hay diez personas detenidas, pero la operación Doble Estrella aún no ha acabado: se mantiene el ambicioso objetivo de llegar a la cúspide de la organización criminal que ha podido blanquear probablemente millones con unas monedas de 2 euros que ellos mismos fabricaron y pusieron en circulación. Hay tres en prisión ya, aunque las sospechas apuntan a que los cabecillas de este entramado están muy lejos de España. Señalan a China, su país de origen. Fabricaban hasta 900 unidades al día y siempre sin que los vecinos se enteraran de nada, extremando la cautela para que la maquinaria no hiciera ruido mediante enganches de luz. Movieron un mínimo de 100.000 monedas en España y 400.000 en Europa.Por lo pronto, se ha desmantelado el mayor ‘laboratorio’ de monedas de nuestro país y a nivel europeo también si se tiene en cuenta la última década. Policía Nacional (Brigada de Extranjería de Madrid y Brigada de Investigación del Banco de España de la UDEF Central) y Mossos d’Esquadra han trabajado en este caso, donde buena parte del valor facial (y fraudulento) de las piezas de 2 euros incautadas se lavaba mediante máquinas tragaperras y cambios en comercios y bares regentados por asiáticos y cuya clientela eran sobre todo turistas, en el caso de la rama catalana. Una ingenieria criminal que, pese a su presumida envergadura, nunca se salía de los círculos de la mafia china en nuestro país, en cuyos escalafones todos sacaban tajada. Noticia Relacionada estandar Si Mafias internacionales copan el negocio de la reventa en fútbol y conciertos con ‘hackers’ Carlos Hidalgo La Policía Municipal detecta al menos a tres grupos, de Italia, Suramérica y países árabes, que operan en el Bernabéu, el Metropolitano y en el WiZinkCorría el año 2018 cuando se detectaron distintos casos de falsificaciones de monedas de 2 euros, del tipo 92, que tenían denominadores comunes: por un lado, el origen chino de quienes las manejaban; también que solían encontrarse en salones de juegos, y, por último, su altísima calidad. Fueron aprehendidas entre septiembre y octubre 25.000 monedas sospechosas. Registro en Cobo CallejaEn julio de 2019, se produjo la primera entrada y registro, esta vez en una nave industrial del polígono Cobo Calleja (Fuenlabrada), donde se hallaron anillas y núcleos (los componentes de estas monedas) para su confección. El taller lo acababan de desmantelar. «Pero el hermetismo típico de la delincuencia asiática y la escasa trazabilidad de estos elementos dificultaron los trabajos policiales», explicó uno de los investigadores. Al año siguiente, se intervinieron otras 34.000 y, en 2021, los Mossos intervinieron en un local de masajes en el que había escondidos troqueles y portatroqueles para el taller ilegal. Se dio la circunstancia de que quienes regentaban ese negocio habían viajado a China justo antes del inicio de la pandemia del coronavirus y no habían podido regresar a España por las restricciones sanitarias. Fue cuando el dueño del local, que se lo había alquilado y había dejado de recibir la renta, hizo el descubrimiento.Los investigadores muestran el funcionamiento de la máquina con la que troquelaban las monedas de san bernardoEn 2022 continuaron los seguimientos y vigilancias en la Ciudad Condal, sin que se llegara a buen puerto. Paralelamente, la Policía Nacional continuó con su trabajo, hasta que en marzo de 2024 la Municipal detuvo un coche en un control rutinario de alcoholemia en Madrid capital. Descubrieron en la inspección que los tres asiáticos del vehículo, que quedaron detenidos, portaban 14.500 monedas de 2 euros que resultaron ser ilegales. Tirando del hilo, el 10 de abril se consiguió, previo permiso judicial, entrar en una nave de la localidad toledana de Villacañas, a la que la mafia había movido su singular ‘fábrica’. Había 29.000 núcleos más.Grecia y PortugalDe los diez apresados, tres han ingresado en prisión provisional, decretada por un juzgado de Plaza de Castilla. Son los dos artesanos y uno de los guardaespaldas-chóferes del clan. Los otros están acusados principalmente por ser los distribuidores. De hecho, desvincular esa puesta en el mercado de las monedas con su lugar de troquelado era una de las obsesiones de la trama. Tanto era así, que no estaban más de uno o dos meses fabricándolas en un mismo sitio, para después desaparecer durante unos seis meses y volver a la carga en otro punto. Una organización criminal itinerante que ha dejado, además, rastros en Portugal y El Pireo (Grecia).La confección la realizaban con una maquinaria especial en la que imprimían el negativo y el positivo de cada pieza a presión, con un aparato hidráulico; pero lo más sorprendente es cómo fabricaban la virola, el borde metálico que circunda el anillo principal, para lo que contaban con verdaderos maestros herreros (prueba de su trabajo es que uno se había amputado un dedo manipulando una máquina), detalló el inspector jefe de la Brigada de Extranjería Víctor de las Heras. Él y sus compañeros llegaron a realizar una explicación ante los medios de comunicación de cómo se manufacturaban los 2 euros menos falsos que se conocen. Eso sí, advirtieron, entre original y copia hay una distinción fundamental: las primeras imantan y las otras no lo consiguen.La organización, como ocurre con muchas de origen asiático, era polidelictiva: drogas, juego, trata de personas y prostitución eran los otros palos que tocaban. De hecho, muchos de los encartados en el dispositivo habían sido identificados en inspecciones realizadas en Madrid en distintos locales y viviendas donde se explota a mujeres chinas con fines sexuales. Especialmente, uno de los artesanos, que era un habitual de estos sitios.En cuanto a los componentes fundamentales de cada moneda, la anilla y el núcleo, eran traídos de distintos lugares, fundamentalmente por vía terrestre, aunque también en tren; de hecho, matizaron los investigadores, una de las condiciones era que en la localidad en cuestión hubiese una estación de ferrocarril muy cercana. Sin embargo, lo más llamativo eran los métodos de blanqueo. Por un lado, vendían las imitaciones de 2 euros a terceras personas, siempre de nacionalidad china y con las que tuvieran cierta sintonía, para su puesta en circulación. En el caso de Barcelona (en el negocio de masajes de Badalona se hallaron 80.000 piezas, con un valor en el mercado ilegal de 160.000 euros), explicó el representante de los Mossos d’Esquadra, lo hacían al precio de 0,80 euros, de modo que el que lo adquiría podría tener un beneficio de 1,20. Algunos eran hombres muy aficionados al juego, hasta ludópatas, que usaban las monedas en salones de apuestas. Si perdían, el margen también era menor, siguiendo esa regla de tres. Iban probando hasta dar con esas casas de juego en las que las máquinas tragaperras aún no estuviesen bien calibradas y admitiesen las monedas en cuestión como si fueran reales. En otros casos, se metían en máquinas de ‘vending’. Pero también tenía este grupo a una serie de comerciantes de barrio e incluso propietarios de bares que se interesaban por las monedas, de manera que las entregaban en los cambios de las compras o consumiciones, especialmente a turistas de Ciutat Vella y el Eixample.

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