El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán , que acaba de asumir la presidencia europea rotatoria, ha aterrizado a primera hora de este martes en Kiev, en su primera visita desde el comienzo de la guerra. Solo el periódico ‘Financial Times’, citando a personas familiarizadas con el asunto, tenía información previa sobre este viaje. El secreto en torno a la visita sugiere la posibilidad de negociaciones que solo un hombre como Orbán , considerado un aliado del presidente ruso Vladímir Putin y al frente de la UE, podría sacar adelante. Tiene previsto reunirse con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y con otros representantes políticos del país, con los que podría comenzar a preparar un acuerdo de paz. A finales de la semana pasada, Orbán y Zelenski ya se reunieron al margen de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE en Bruselas y Orbán declaró que desea seguir adelante con las negociaciones para un alto el fuego. «No me importan los intereses de Ucrania o de Rusia, lo que más quiero es que la guerra termine y haya un alto el fuego», dijo el presidente húngaro. «Al final, se trata de una nueva arquitectura de seguridad europea en la que podamos vivir en paz».Desde el inicio de la invasión de Ucrania , Orbán ha condenado con cautela la guerra, pero sin criticar directamente a Putin. Además, es el único dirigente occidental que se ha reunido con él desde abril de 2022. «Hungría nunca ha querido enfrentarse a Rusia y siempre ha estado dispuesta a ampliar los contactos», ha reiterado al Kremlin. También se ha opuesto a las sanciones de la UE al petróleo y el gas rusos y ha vetado temporalmente la ayuda económica a Ucrania, alegando que el dinero de los contribuyentes húngaros no debe ir en contra de sus propios intereses. Incluso ha adoptado en ocasiones la terminología de Putin para referirse la guerra, ‘operación militar especial’, lo que ha causado malestar en la OTAN. Noticia Relacionada estandar Si Patriotas por Europa: Orbán inquieta a la UE al impulsar una nueva familia política de derecha nacionalista Rosalía Sánchez | Corresponsal en Berlín Defender la soberanía de los países, luchar contra la inmigración ilegal y revisar el Pacto Verde son los objetivos del grupo parlamentarioEl embajador de Estados Unidos en Budapest se ha quejado de que, mientras Rusia atacaba a civiles ucranianos, «Hungría abogaba por acuerdos comerciales». Pero estas críticas han amainado en las últimas semanas, en las que la constelación política ha pasado a otro plano. El ascenso de partidos prorrusos en las pasadas elecciones europeas, que se están organizando ya para ejercer con mayor efectividad su influencia en el Parlamento Europeo, y la incertidumbre que generan las próximas elecciones en Estados Unidos -en las que ninguno de los candidatos parece garantizar la continuidad del apoyo a Kiev, al menos como lo hemos visto hasta el momento-, abren un nuevo espacio para las negociaciones de paz.Sin éxitos para presumir La última Conferencia de Paz celebrada en junio en Suiza dejó claro, sin embargo, que esta posibilidad se encuentra todavía con serios obstáculos. La política exterior de Orbán , además, carece de éxitos precedentes.El primer ministro con más años en el cargo de la UE entiende la política exterior como una continuación de su exitosa política interior , que le ha convertido en un autócrata ‘de facto’. Pero esto no se puede trasladar directamente a las relaciones exteriores. A pesar de ocupar este semestre la presidencia por turno, Hungría representa solo una parte muy pequeña de la UE en términos de territorio y población, y requerirá del acuerdo de las instituciones europeas y de los grandes países, a los que ni siquiera ha consultado. El embajador de Estados Unidos en Budapest se ha quejado de que, mientras Rusia atacaba a civiles ucranianos, «Hungría abogaba por acuerdos comerciales»Su viaje a Kiev podría quedar reducido si no recaba los apoyos necesarios para su propósito. El nuncio de la formación de un nuevo grupo parlamentario en Estrasburgo arropa su posición, pero mientras no se produzca una fusión de los grupos parlamentarios nacionalistas de derecha en el Parlamento Europeo, su capacidad de influencia sigue demasiado diluida , sin olvidar que la UE funciona a base de acuerdos y que a Orbán no se le da muy bien esta labor. Hungría ha amenazado con más vetos en los últimos ocho años que todos los demás miembros juntos.Además, el primer ministro húngaro mantiene un doble discurso en casa y en Bruselas. Ha dicho, por ejemplo, que renunció a su veto sobre el envío de fondos a Kiev a cambio de dinero europeo para Hungría, pero la UE ha negado esa contrapartida. Cuando en Bruselas le preguntan por estas contradicciones, responde: «No escuchen mis palabras, miren mis acciones». La UE observa con atención todo lo que haga en Kiev. Por eso y también porque sus relaciones con potencias como China resultan sospechosas. Incluso hay policía china legalmente desplegada en Hungría, fruto de un acuerdo con Pekín. En Bruselas, no se descarta que pueda estar jugando como caballo de Troya.
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